Carlos Roque Sánchez
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¿POR QUÉ LA SEMANA SANTA CAE CADA AÑO EN UNA FECHA DIFERENTE?
Es una buena pregunta. Una de las muchas que a no pocos cristianos desconcierta, a otros muchos crea cierta confusión y a estotros tantos extraña, ¿por qué estos cambios de ubicación en el calendario?.
Como es sabido -y a diferencia de otras fiestas como Navidad o Epifanía que celebramos siempre en el mismo día- la Pascua de Resurrección no tiene una fecha fija. Y los días en los que el Cristianismo celebra estos significativos eventos de fe relacionados con los últimos días de Jesús -incluyendo su pasión, muerte y resurrección-, resulta que cambian de un año para otro.
De modo que el lugar que ocupa la Semana Santa en el calendario -que se inicia el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurrección- es variable. Lo que quieras que no, se hace raro, resulta extraño. Una extrañeza que por desgracia, y más que nada, procede de la ignorancia.
Por desgracia digo porque, si bien es posible que la razón de dicha variabilidad no sea bien conocida, y que por tanto nos sorprendan de un año para otro estos cambios, lo cierto es que una vez que se conoce, resulta del todo comprensible y, por ende, lógico el cambio de fecha.
¿Cuál es entonces la razón de ese cambio de fechas? Pues una muy lógica y humana. Sencillamente se intenta que coincida, lo más posible, con la fecha real de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo. Es algo humano que así sea, pero por otro lado también difícil.
Y es que la satisfacción de este deseo de coincidencia, plantea alguna que otra dificultad que no tienen otras fiestas. Resulta que mientras Navidad y Epifanía se rigen por el bastante exacto y actual calendario gregoriano o calendario solar de 365,25 días, la Pascua de Resurrección lo hace por el inexacto calendario judío o lunar, que consta de doce lunas de 29,5306 días.
Es decir un número de días lejos de los reales. Lo que crea un desfase de casi seis días por año que se va acumulando. Una diferencia cuantitativa significativa, que con el paso del tiempo exigió que se tomaran medidas.
Como pueden ver, la ubicación de la Semana Santa es un auténtico anacronismo vivo, instalado en los albores del tecnificado y tecnológico siglo XXI. Toda una paradoja.
¿Cómo se puso orden en estas fechas tan significativas? Tras muchos cambios de fechas en la celebración, el asunto empezó a organizarse algo cuando, en el 194, el Papa Víctor I determinó que la celebración debía festejarse el domingo siguiente a la Pascua judía o Pésaj. Una declaración de intenciones organizativa que, por desgracia, no fue más allá de la declaración.
Y hubo que esperar 120 años para se tomara otra medida más efectiva. La del Concilio de Arlés que tuvo lugar en el 314 y obligaba a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día. Una buena decisión que no obstante planteaba un problema. No terminaban de ponerse de acuerdo, sobre cuál debía ser esa fecha.
De hecho la tenía que fijar el Papa cada año, y comunicarla mediante epístolas a todas las iglesias del orbe. Un método que a nadie escapa, en aquellos tiempos presentaba una gran dificultad para su puntual cumplimiento por toda la cristiandad. Y es que los medios de transportes de la época no eran, precisamente, rápidos.
De ahí que en el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325, se tomara una solución definitiva. Se estableció que la Pascua de Resurrección se celebraría el domingo inmediatamente posterior, a la primera Luna llena que hubiera tras el equinoccio vernal o de marzo. Que es esa fecha (equinoccio) en la que la noche y el día tienen la misma duración, es decir, doce horas. Una condición numérica de naturaleza astronómica, responsable de que la fecha de celebración pascual cambie.
Cálculos astronómicos para la Semana Santa. Ya hemos apuntado que la fecha cambia, y ahora vamos a ver que no poco porque, hasta más de un mes, puede haber de diferencia. Un sencillo cálculo aritmético nos muestra que si, a efectos de la Pascua, la primavera empieza siempre el 21 de marzo (luna llena eclesiástica), el Domingo de Pascua puede celebrarse en un abanico de, nada menos que, 35 días. Exactamente los que hay entre el 22 de marzo y el 25 de abril, ambos inclusive.
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FUENTE: Enroque de ciencia












Un curioso | Martes, 11 de Abril de 2017 a las 17:55:40 horas
Por qué siempre hay Luna llena?
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