Antonio Franco
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MIGUEL HERNÁNDEZ
Dado que el próximo martes 28 de marzo se conmemora el 75º aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández, he optado por dedicar este artículo semanal a su memoria.
A estas alturas no se puede decir que la figura del “poeta del Pueblo” sea motivo de su rescate en la memoria democrática de nuestra Historia más reciente. Pero, como la totalidad de poetas de la denominada Generación del 27 que fueron postergados, olvidados y omitidos de los textos de la época franquista, también el poeta de Orihuela lo fue.
Su vida, como la España de la época que le tocó vivir, fue intensa, muy intensa. Hombre comprometido con la República, tuvo una trayectoria vital corta pero intensa. Murió con apenas treinta y dos años, como consecuencia precisamente de ese compromiso.
Es, quizás, uno de los poetas cuyas obras han sido más musicalizadas.
Los de mi generación hemos descubierto a Miguel Hernández a través de la música.
Sus poemas “han resucitados” a través de las voces del grupo Jarcha que dio vida dotando de acordes musicales al poema “Aceituneros”, en su canción “Andaluces de Jaén”; el cantautor chileno Víctor Jara dio voz al poema “El niño yuntero” , Enrique Morente llevó a cabo un homenaje flamenco a Miguel Hernández y Joan
Manuel Serrat nos emocionó con su “Nanas de la cebolla”.
Han habido muchos más. Las notas musicales brotadas en torno a sus letras las han hecho eternas, no sólo en el mundo de la Literatura, sino en la ciudadanía en general. El hombre humilde, el poeta comprometido, el amigo de sus amigos, no tuvo una vida fácil en todos los sentidos, desde su intento por instruirse, que chocaba frontalmente con las ideas de su padre, hasta en sus empeños por abrirse hueco en la
tertulia literaria de la capital de España de la época.
Sin embargo, con su muerte, Miguel Hernández ha conseguido ser el eterno poeta del Pueblo.
“Llegó con tres heridas”, sencillo poema que puede resumir el orden de prioridades vitales en la vida del poeta. “La de la vida, la del amor, la de la muerte”, que para él responde a otro orden: “La de la la vida, la de la muerte, la del amor”.
Consideraba que los poetas son “vientos del pueblo”. Así se lo expresaba a Vicente Aleixandre ; “nacemos para pasar soplados a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres más hermosas”.
Miguel Hernández, el hombre, el poeta, el compañero, el amigo, el ejemplo...
“Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.”
Salud












Rebelderota | Viernes, 31 de Marzo de 2017 a las 19:41:26 horas
La misma validez tiene la muerte de Miguel Hernández que con Pedro Muñoz Seca pero quizás con la salvedad que uno fue asesinado en una saca dela carcel dirigida por el gobierno FRente Popular y no asesino a nadie en cambio el otro a saber que hizo por muy buen poeta que fuera.
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