Antonio Franco
![[Img #64413]](upload/img/periodico/img_64413.jpg)
VIVENCIAS QUE MARCAN
Mi amigo Manolo Carmona exprime cada minuto de las veinticuatro horas cada día. Compaginar trabajo en la delegación de Participación Ciudadana con la actividad de coordinador local de Izquierda Unida sin renunciar a la dedicación a su familia es tarea intensa. Incluso se ha empeñado en conseguir una licenciatura, y en ello está. Hace unos días me sorprendió con un nuevo reto. Me comunicó que, de vez en cuando, dedica tiempo a escribir sus vivencias en los diversos centros de orientación y protección de menores donde ha estado ejerciendo su verdadera profesión y vocación. No en vano él se presenta como “educador”.
He leído algunos capítulos que me ha ido pasando de ese nuevo empeño suyo. Me ha llamado la atención uno de esos apartados por el dramatismo de la situación de uno de estos menores. Lo transcribo tal como lo ha escrito él porque permite llegar a trasladar a la opinión pública la situación en la que se encuentran muchos jóvenes emigrantes cuando alcanzan la mayoría de edad. Manolo Carmona escribe:
“Marc llegó a su mayoría de edad, y el día que cumplía los dieciocho años, al menos legalmente, el centro se engalanó para celebrarlo, como se hace con cualquier joven cuando llega a la mayoría de edad. No faltaron las guirnaldas, una tarta, refrescos, música, etc., todos, menores y educadores, lo pasamos realmente bien.
Marc era, el menor de Burkina Faso, que no conseguía obtener la documentación de residencia en España, como he contado anteriormente, así que Marc tenía dieciocho años, y ningún papel que le permitiera permanecer en España y que acababa de perder cualquier tipo de protección por los organismos oficiales ese mismo día.
Desde el centro se había hecho todo lo posible para ubicar a Marc en un recurso para mayores de edad, pero la escasez de estos recursos y la falta de documentación de Marc lo habían hecho imposible.
Al día siguiente de su cumpleaños, Marc hizo sus maletas, en dos maletas cabían todas sus pertenencias, se despidió de sus compañeros, donde brotaron las lágrimas, tenía una sensación entre alegría por poder salir del centro, nervios y miedo a lo que se podía encontrar, era consciente de que no lo iba a tener nada fácil, se despidió del equipo educativo y entró en la furgoneta del centro, camino al centro de Jerez de la Frontera, allí se despidió y la furgoneta volvió al centro, dejando a un buen muchacho de dieciocho años con todas sus pertenencias dentro de dos maletas, sin ningún sitio a donde ir y sin posibilidad de ganarse la vida legalmente por la falta de documentación.
Ese fue uno de los días más tristes que recuerdo en este trabajo.”
Se ignora si Marc tuvo suerte y encontró trabajo o acabó delinquiendo y terminó deportado a su país de origen. De lo que estoy convencido es de que su situación no dejó indiferente a ninguno de los que compartió una parte de su vida mientras recorría el camino hacia la mayoría de edad. Queda abierto el debate.
Salud.












ADR | Viernes, 09 de Diciembre de 2016 a las 19:53:01 horas
Le ruego a la dirección de este periódico acabe con comentarios de la misma persona que utiliza nick diferentes y de aquellos que usurpan el de otros para confundir a los demás, cada vez se tiene menos interes en leer los comentarios y menos aún en contestarlos, en vuestras manos está la solución a este sin sentido.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder