ORGULLO DE SER ANDALUZ

Ea, ya tienen tema los coros, chirigotas y comparsas del próximo Carnaval sobre las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid en referencia a la financiación de nuestra Sanidad y Educación en  nuestra tierra. Una vez más, los mismos mensajes con distintas letras.

No es el primer personaje al que “se le escapa” públicamente lo que piensa sobre Andalucía y los andaluces. Después, ellos y ellas rectifican. Pero “la pedrada” ya está lanzada.

Duele Andalucía. Duele cuando sólo nos ven  interpretando a  personajes graciosos en películas y obras de teatro. Duele cuando se ríen de nuestra forma de hablar. Duele que, después de años de democracia, Andalucía no se equipare en el sector secundario a las zonas industriales por excelencia. Factores estructurales e históricos que siguen dejando su marca en nuestra tierra; el factor endógeno del poseedor del capital andaluz, conservador y poco emprendedor; la dependencia de sectores económicos temporales como la agricultura y el turismo...

Duele tirar del lastre de la historia económica de nuestro país. Hemos avanzado porque lo hemos peleado. Pero políticos catalanes y madrileños  nos siguen echando en cara que vivimos de una economía subsidiada. El Plan de Empleo Rural que se puso en marcha con el objetivo de asentar la población en zonas deprimidas con una alta tasa de paro ha ayudado a muchos pequeños pueblos a salir adelante. Al PER lo ha sustituido el PROFEA, Programa de Fomento de Empleo Agrario, y viene a paliar la situación de desempleo con la puesta en marcha de proyectos de obra de intereses generales. Tanto el PER como el PROFEA se han convertido en armas arrojadizas por parte de ciertos políticos allende de Despeñaperros para “dejar leer entre líneas” en sus declaraciones que los andaluces somos graciosos, simpáticos, que caemos bien, pero que somos unos vagos.

Enumerar la aportación de personajes andaluces a la Cultura y a la Ciencia de este país nuestro sería extenso y muy recurrente. Me gustaría que existiese también una larga lista de empresas que invierten en Andalucía, crean empleo en nuestra tierra y que tributan a nuestra Hacienda autonómica. Si esa lista fuese la mitad de extensa que esa otra de la que forma parte los Grandes andaluces, tal vez la señora Esperanza Aguirre no hablaría de “pitas, pitas, pitas” cuando se refería a las ayudas a nuestra tierra.

Los andaluces hemos sido un Pueblo obligado a emigrar para buscarnos nuestro pan de cada día. Nuestros pueblos se quedaron vacíos durante los duros años de la emigración a países europeos industrializados, principalmente a Alemania. También emigramos a las zonas industriales del norte de nuestro país. Seguimos emigrando. Seguimos lastrando los efectos de nuestra Historia.

Ahora, usando términos actuales, a la emigración para buscarse “las habichuelas”, los políticos de la derecha ideológica lo denominan “movilidad exterior”. Por mucho que la intenten maquillar con eufemismo, la trágica realidad es la que es. Seguimos emigrando.
Duele Andalucía.
Salud.