Ahora en el tiempo en que los medios de comunicación habrían de estar inundados por las noticias de la Gürtel y del juicio que se celebra contra la trama corrupta, estrella de las causas del partido del gobierno, que además tendría que servir para quitarle la venda de los ojos a gran parte de los ocho millones que han sustentado al PP con sus votos en las elecciones de Junio, las gentes del PSOE han instalado el circo en Ferraz 70 (Madrid) en este mes de octubre, con lo que han desplazado de las primeras páginas de los informativos la imprescindible exposición de la basura que esconde el gobierno en funciones. Flaco favor, que parece que poca gente percibe, le ha concedido la formación rosa a la pata azul del extinto bipartidismo.

Pero no cabe duda que no es este el único ni el mayor auxilio que el PSOE le ha otorgado al PP. El summun de la generosidad les viene en forma de Abstención en la inminente investidura que proporcionará a Rajoy la oportunidad de continuar con su política de agresión a la ciudadanía. Es de agradecer que la supuesta oposición se lo ponga tan fácil al partido de la corrupción sistemática, al partido de los recortes en los pilares del estado del bienestar, al partido que más ha mermado los derechos de la población, dándoles de forma gratuita la llave para continuar con su política.

Pero para llegar a semejante conclusión no se han de olvidar ni antecedentes ni consecuentes. En primer lugar, tras las segundas (elecciones), si bien el PP crecía como la espuma en detrimento de C´s y de no sé quiénes más, posiblemente abstencionistas que hayan recuperado la fe como Saulo al caerse del caballo, el PSOE también lo hacía a costa de PODEMOS. Sólo la ineptitud de sus dirigentes, cegados en su fobia al partido morado, obtusos al no darse cuenta que Pedro Sánchez, a pesar de las dificultades, hacía temblar a la derechona con sus tentativas de gobierno, no repararon esfuerzos en eliminar al díscolo madrileño, a quien habían elegido para que guardara el sitio a Susana, burdo remedo de Cersei Lannister, les ha llevado al pozo en el que se encuentran. La jaula de grillos en que se ha convertido la sede rosa nos deparó este fin de semana un espectáculo de lo menos edificante. El todopoderoso Comité Federal se reunió para tratar de buscar una postura que diera una mejora de la maltratada imagen del partido centenario que creara Pablo Iglesias Posse. Los barones se creyeron aquello de “muerto el perro se acabó la rabia” y pensaron que la cosa iría miel sobre hojuelas sin ponerse a calibrar la fuerza que generó en la militancia que el defenestrado había tenido el prurito de ser el primer candidato elegido en unas primarias en condiciones. José Antonio Rodríguez Salas, el famoso alcalde de Jun, se encargó de recoger firmas y logró unas 90.000, con la intención de que se escuchara la voz de la militancia. El hecho aterrorizó a la caverna baronil (aunque también varonil, ¿Se fijaron en el porcentaje de mujeres y hombres? ¿Dónde está la paridad de la que tanto presume el PSOE en el Comité Federal?), que no tuvo ningún remordimiento en negar al granadino el pan y la sal, con el cabreo monumental de aquellos militantes que pretendían que se les escuchara. Despropósito tras despropósito, la elite victoriosa se repartió por los distintos medios para dejar patente su éxito, ya que los del No se habían convertido en el centro de atención de los medios, para contrarrestar derramando perlas tan lustrosas como las de la señora Valenciano cuando dijo aquello de que las elecciones nos había traído la mayoría de derechas ¿Será que ya sitúa a su partido en esta banda? Porque si hay tal mayoría, para qué necesita el PP su abstención. Tampoco es nada despreciable el argumento más generalizado de que se hace por España, para evitar las Terceras Elecciones y que serán la verdadera oposición ¿acaso desconoce la sra. Valenciano y el resto que si no saca los presupuestos Rajoy, para lo que volverá a necesitar a la “terrible” oposición del PSOE, podrá convocar terceras elecciones en Mayo?; ¿para qué habrá servido el sacrificio?. Otra de las ensoñaciones de los iluminados barones (y baronesas) es eso de que podrán sacar adelante leyes entre los partidos de oposición, ¡ojo! con Ciudadanos apoyando a Rajoy y con el Senado con mayoría absolutísima del PP ¡Qué ingenuidad!

Como decía los Looney Tunes “No se vayan todavía que aún hay más”. Resulta que para poner de los nervios a los nuevos ¿responsables? Pedro Sánchez, como el Ave Fénix, resurge de sus cenizas y amenaza con volver a presentarse, se habla incluso con el apoyo de uno de los pocos personajes sensatos que quedan en el PSOE, Josep Borrell. Lo dicho que al circo que citamos en principio le crecen los enanos.

Y como remate final la falta de tacto de los componentes de la gestora, con el tétrico Javier Fernández a la cabeza y el anodino Mario Jiménez, paisano para más inri, a su lado, que para empeorar lo difícilmente superable, pretenden imponer la vergüenza de pasar por las horcas caudinas a tod´s l´s diputadas y diputados socialistas. Como era de esperar se han encontrado varios huesos de taba que no van a pasar por el aro y ya han anunciado que se van a saltar el acuerdo porque antes están las promesas hechas a los votantes y eso sí que debería ser sagrado. Ni el PSC, con Miquel Iceta al frente y los otros seis, ni los dos de Baleares, ni Margarita Robles, Zaida Cantera, Odón Elorza, Susana Sumelzo... y, por supuesto, Pedro Sánchez. ¡Qué horizontes tan cortitos! ¿A nadie se le ha ocurrido que si ceden un poco y permiten el voto en conciencia, que lo ampara el estatuto del diputado según el reglamento del grupo socialista en el Congreso y en la Constitución, que no parece mal referente, resuelven dignamente el problema? Lo dicho, pusieron a la zorra a cuidar a las gallinas y así les va. ¡Qué pena de PSOE! Si Pablo, el de ellos, levantara la cabeza...

Manuel García Mata