EL FINAL DEL VERANEO

Escribo estas líneas frente al mar y mientras languidece la luz de la tarde agosteña del día 31.
El último de un mes que debe su nombre al primero de los emperadores romanos, César Octavio Augusto, y del que cuentan se le puso el nombre en su honor, porque algunos de los más afortunados acontecimientos de su vida, ocurrieron precisamente en este mes.

Lo que puede ser, por qué no. En cualquier caso todo un detalle calendario, a qué dudarlo.

Un mes, agosto, y una fecha, la del 31, significativas para muchos españoles. No en vano resultan ser el lugar común para una gran mayoría, a la hora de decidir la fecha que marca el fin del veraneo.
Por supuesto que dicha decisión es sólo un convenio social, pero estarán conmigo que es un convenio muy, muy, consensuado. Es un lugar común y lo cierto es que, con su llegada, se acaban las vacaciones.
Es así. Casi todo el mundo lo sabe y muy bien, a su pesar. El fin del ferragosto es sinónimo de adiós veraneo, adiós.
O casi, de acuerdo, que las costumbres de los hombres cambian. Pero vamos, grosso modo, por ahí anda el asunto. Es cosa sabida.

Lo que ya no es tan bien sabido, ni por tantos, y esto no admite consenso, es cuándo acaba exactamente el verano astronómico, que no el meteorológico, es decir, cuándo es el fin del verano.

Que parece que sea igual, pero resulta que no es lo mismo. No suelen coincidir el fin del veraneo con el fin del verano.

Una cosa es el periodo de diversión estacional, algo humano y sometido a su voluntad, y otra la duración de la estación astronómica, sobre la que sólo mandan las inexorables leyes del universo. Ya ven por donde voy.

Verano 2016 y solsticio

Según los cálculos que a este fin realiza el Observatorio Astronómico Nacional, este verano que se nos va comenzó a las 0 h 34 min del pasado martes 21 de junio, hora oficial peninsular y balear, una menos en Canarias.
O si lo prefieren a las 22 h 34 min del lunes 20 de junio (horario UTC).

Es el comienzo astronómico de la estación estival que tiene lugar con el solsticio de verano, y que como tal periodo durará 93 días y 15 horas, terminando el próximo jueves 22 de septiembre con el comienzo del otoño.
Es lo que tienen las estaciones astronómicas, que duran justo lo que tarda en llegar la siguiente.
Y ya de la que va aprovecho la ocasión para aclarar un punto.

Tanto equinoccios como solsticios se corresponden con un momento singular que dura sólo un instante de tiempo. De modo que el cambio astronómico de estación se produce instantáneamente.
No es una fecha ni dura un día entero, aunque acostumbremos a llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese instante.

Por el contrario, el cambio meteorológico de estación no se produce de forma repentina.
El doble y continuo movimiento de rotación y traslación terrestre, van haciendo que este cambio se produzca de forma gradual y constante, con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.

Estoy mirando a la playa mientras escribo y se me viene a la cabeza una canción de mi adolescencia. Es nada menos que "Amor de verano" (1963), del grupo de pop español Dúo Dinámico.
Aunque todos la conocemos como "El final del verano", que en realidad son las primeras palabras de la letra del tema.

Perdonen la referencia musical, pero es que la mía es ya una edad. La balada empieza así:

El final del verano
llegó y tu partirás.
Yo no sé hasta cuando
este amor recordarás.

Para contacto personal: mailto:[email protected]
Para ampliar información sobre el tema: enroquedeciencia.es
FUENTE: Enroque de ciencia