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Sábado, 27 de Noviembre de 2010

Balsa Cirrito


[Img #4103]


ESPAÑOLES, CUIDADITO CON LO QUE HABLÁIS


              

En realidad, me hubiera gustado ser riojano. Nunca he escuchado nada en contra de los riojanos. Ni siquiera los de Navarra, que son muy brutos y que están al lado, tienen nada en contra de ellos. Encima, hablamos de las patatas, de los calamares o de las truchas a la riojana. Y estarán de acuerdo conmigo en que uno tiene que estar muy zumbado para que no le gusten las truchas a la riojana. En cambio lo de andaluz está peor. Está mal. Vamos, que está francamente chungo. Si es usted andaluz (lo cual en este caso resulta muy probable) tiene casi garantizado que algún señor o señora de la España ilustrada, esto es, de los Madriles o de la Barsselona, le va considerar como una especie de inmigrante ilegal con derecho a voto. Hace pocos días, el señor Puigcercós (miembro de ese bonito partido folklórico llamado Esquerra Republicana de Catalunya) dijo, como individuo que sabe de qué va el asunto, que en Andalucía “no pagaba impuestos ni Dios”. Ojalá, amigo Puigcercós (este hombre, para quien no lo localice, es un tipo con el apellido bonito – pronúnciese Puchsercós – y la cara de jugador de rugby al que le han hecho la cirugía estética para tratar de disimular que ha sido jugador de rugby). Pero como nunca termina uno de estar feliz, al día siguiente de que Puchsercós dijera aquello, una consejera de la Comunidad de Madrid (cuyo nombre no olvidé, sino que nunca me aprendí), a las órdenes de Esperanza Aguirre, dijo también cosas muy lindas: “los niños andaluces venden en los mercadillos los ordenadores que les da la Junta de Andalucía”. Si es que estos niños andaluces son la piel del diablo… Tampoco nos vamos a espantar, porque no es la primera vez. Uno recuerda palabras parecidas de esos señores y señoras tan listas que llevan por nombre Esperanza Aguirre, Ana Pastor, Vidal Quadras, Sánchez Dragó o Mayor Oreja… Cosas. Cosillas. Como que Andalucía pertenece al Tercer Mundo. O que Blas Infante era un retrasado mental. O que los niños andaluces (otra vez los niños) son prácticamente analfabetos. O que…

    Por supuesto estos señores y señoras no dicen esas cosas porque no tengan un gran cariño a Andalucía. Sin ir más lejos, Esperanza Aguirre quiere tanto a Andalucía que todos los años veranea en Mallorca. Eso sí, en Mallorca va a cenar casi siempre a un restaurante asturiano. Y el restaurante asturiano (y ahí quería yo llegar), tiene un par de camareros andaluces, lo cual demuestra de todas todas el amor de esta mujer por nuestra tierra.

    El asunto es que de tanto escuchar frases como éstas, a muchos andaluces se nos están hinchando dos cosas. En primer lugar las narices. Y en segundo lugar los huevos. Incluso personas con tan poca simpatía por el nacionalismo andaluz como un servidor de ustedes, dicen que ha llegado el momento de tomar decisiones. Vamos a decirlo pronto. Si esto sigue así, nos vamos. Sí, sí, que nos largamos. Que nos hacemos independientes. Ankawa. Nos abrimos. Y ahí os quedáis españoles. Y nos llevamos la parte alícuota que nos corresponde de la Copa del Mundo de Fútbol. O si nos da el punto, nos unimos a Marruecos (indiscutiblemente seríamos los más chulos del país); menos los roteños, que pediríamos nuestra incorporación a los EEUU como estado libre asociado.

    Pues así están las cosas. Así que, españoles, cuidadito con lo que habláis, que os estamos vigilando.
    

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