Antonio Franco
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HOSPITALIDAD FRENTE A HOSTILIDAD
Aunque últimamente se habla más de Venezuela que del drama de los migrantes que se agolpan en nuestras fronteras europeas, no deberíamos perder “el norte” en el trauma que supone para estos vecinos de este planeta nuestro tener que dejar sus viviendas, sus costumbres, su comunidad... sus vidas en definitiva, para huir. No deberíamos caer, así como así, en la indiferencia. Es importante pararse a meditar y plantearnos la pregunta de por qué y, sobre todo, de qué huyen estas personas. Hay que pararse a pensar, sobre todo antes de etiquetarlos como “ilegales”. Pues bien, estas personas vienen huyendo porque en los países donde vive la población civil es bombardeada continuamente. Da igual si están en su casa, en un mercado o en un hospital. Da igual a qué se dediquen. Da igual que sean médicos, profesores o administrativos. También da igual la edad que tengan. Da igual que sean niños.
Como expresan los de “Médicos sin Fronteras”, estas víctimas no son productos de daños colaterales; no les caen bombas encima porque pasaban por allí. Les caen encima porque se las tiran encima. Por eso huye la gente, y algunas llegan muy lejos, hasta nuestras fronteras, buscando protección. Otros mueren en el intento. Y los que llegan son recluidos en centros, da igual que sean niños, embarazadas o discapacitados, a la espera de que los mandatarios europeos se pongan de acuerdo en qué hacer con ellos. Ya saben, la Unión Europea, nuestra Unión Europea, la Europa del euro, la Europa de los Mercados (no la Europa de los ciudadanos) llegó a un pacto migratorio con Turquía, con el fin de cerrar la crisis de los refugiados en un intento de esconder la realidad.
Desde los portavoces gubernamentales se expanden falsos mensajes que, sin embargo, calan en parte del personal. Aparece la retórica de la inmigración regular frente a la irregular. Las personas de buena voluntad caen en “la trampa” de estos mensajes. ¿Por qué no intentan los migrantes hacerlo de una forma legal en lugar de jugarse la vida en el intento de llegar a las fronteras europeas? Sencillamente porque esa posibilidad no está disponible para ellos. Piensen en las llamadas “ devoluciones en caliente”. Estas “devoluciones” les niega la posibilidad siquiera de solicitar asilo a estas personas.
Y aparece la xenofobía. Los xenófobos, esos que son incapaces de ver en los migrantes hombres, mujeres y niños echados de sus hogares, apartados de su cultura, desplazados de su mundo, sino que los designan como irregulares, clandestinos e ilegales. Los señalan como una amenaza, los controlan como una enfermedad, los castigan como si fuesen delincuentes. Los xenófobos colocan una concertina en sus pensamientos para proteger “sus derechos”. Quieren las fronteras cerradas alrededor de su abundancia. Prefieren dotarlas de vallas, de fosos, de detectores de movimientos, para que no les inquieten los que viven en la miseria.
Eduardo Galeano decía que “este sistema asesino mata hambrientos en lugar de matar el hambre y está en guerra contra los pobres,pero no contra la pobreza”.
Salud.












Padre Mundina | Viernes, 24 de Junio de 2016 a las 23:34:01 horas
Vaya no sabia que leia el Pulgarcito, ni que sabia leer el arabe, debe ser un entusiasta de la cultura musulmana, lo mismo usa hasta turbante. Oiga pues aunque pasaran 50.000 por Ceuta y Melilla, tendrian que dar un salto importante o tender un puente enorme. Y de todas las maneras serian mucho menos de los que se trajo de allí su amado lider generalisisisimo, que metió a todo un ejercito moro, que encima no venian a trabajar, sino a torturar, viololear y matar a los españoles, al mando de su amado lider el salvador de la patria. "Mal vivir y perdida de la dignidad humana", pensaba que eso ya lo tenian en Marruecos, gracias al "hermano" del emerito Juan Carlos y su heredero, tan preocupados porque los derechos humanos se cumplan en su paìs, tanto que ponen todo su empeño en impedirlo. La hospitalidad es la que tuvo Juan Carlos con el pueblo saharaui, al que dejo en manos del tirano Mohamed V. Condenandolos a ser un pueblo en extinción. Luego nos extraña que España pierda las colonias y hasta le pinten la cara con Gibraltar.
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