El Lunes Santo ha comenzado con buen pie y buenas previsiones en principio. A las siete de la tarde, la cruz de guía traspasaba la puerta de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y con ella el cortejo de hermanos para acompañar al Cristo del Amor y a la Esperanza del Calvario, titulares de la hermandad más joven de la Semana Santa roteña.

Un año más, la barriada de El Molino se ha echado a la calle para ver a Jesús en la cruz y a su Madre que hoy lucía un manto rojo que estrenaba con motivo del Año de la Misericordia y que daba una imagen distinta a la habitual a la única Virgen que tiene en Rota los ojos verdes.

Esperanza y Amor unidos en la tarde noche de un Lunes Santo que el párroco emérito del Carmen, Juan González Lagomazzinni, ha recordado que hasta hace muy pocos años en la villa no tenía contenido cofrade. Con el inicio de la estación de penitencia de la Hermandad del Amor, comienzan los días más serios y solemnes de la Semana Santa roteña.

Desde primera hora, los titulares de esta joven cofradía se han visto arropados por muchos ciudadanos, en la barriada de El Molino y el paseo marítimo, quizás, más que otros años debido a la ausencia de viento que otras veces ha hecho incómodo el paso cercano a la playa.

Sobre las ocho y media de la tarde enfilaban las calles del casco histórico para volver a su capilla a las doce de la noche.

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