Balsa Cirrito
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POR CONSIGUIENTE
Parece que está de moda atizarle a Felipe González. Supongo hace sentirse muy machos a algunos, aunque no creo que esa sea la razón. Si hay algo que convierte a alguien en diana de los disparos de los iluminados es el hecho de no pensar en manada. Pensar en manada significa que sólo son buenas las ideas y los postulados de tu clan o jauría, y que todo lo que provenga de los otros clanes o jaurías es más malo que un disco de Yoko Ono. O, mejor dicho, hay muchos que, pensando diferente a los de su propia manada, temen hablar, porque las manadas, todas, tienen muy mala leche, y muerden que da gusto, y en el fondo no les importa si comen carne o pescado.
Imagino que se habrán dado cuenta, pero vivimos en época de manadas salvajes. De pensamientos únicos. Lo más alucinante del teatro nacional de nuestros días es la simplificación de los mensajes. Vemos constantemente como no se trata de tener razones o razonamientos, sino de tener la ideología correcta. Por ello, en una era de tanta cobardía intelectual, admiro más a González.
Su valentía, no obstante, viene de lejos. Muchos le reprochan a Felipe González el famoso referéndum de la OTAN; en mi opinión, recuerdo pocos ejemplos de un político español que se hallara tan dispuesto a mandar su carrera a tomar viento (en realidad, no recuerdo ninguno) por mejorar el futuro de su país. Y, además sin mentir. El mismo González, cuando se oponía a la OTAN lo hacía con el eslogan clarividente: "OTAN, de entrada, No", explicando que una vez dentro era imposible salir (sabiendo lo que sabemos ahora, por supuesto, me parece muy difícil no estar de acuerdo con González).
En los últimos tiempos, se le criticó con fiereza el hecho de haber participado en el consejo de administración de Gas Natural Fenosa, cuestión que, si soy sincero, nunca he entendido muy bien. ¿Se critica a un ciudadano privado por participar en una empresa? Quienes hablan de "puertas giratorias" me temo que no conocen bien el significado de ese concepto. Se puede hablar de puerta giratoria cuando un político que ha tenido poder ejecutivo pasa a formar parte de una compañía poco después de abandonar su cargo. Felipe González entró en Fenosa cuando hacía 15 años que había dejado la presidencia del gobierno. Pensar que en ese caso Fenosa pagara algún favor anterior es citar con gracia al Tenorio y su "cuán largo me lo fiais".
La última que le está costando un aluvión de tortas es su opinión de que el PSOE no debería impedir un gobierno del PP (ni el PP del PSOE). Por supuesto, se ha acusado a González de vendido, de abuelete desvariado y de infiltrado de las multinacionales (por cierto, alguien que nunca ha sido muy sospechoso de derechismo, Alfonso Guerra, ha afirmado prácticamente lo mismo que Felipe). Por supuesto, todo es criticable, González incluido, pero parece olvidarse que los resultados de las elecciones han sido los que han sido, y que las democracias tienen la curiosa costumbre de que gobiernen aquellos que más votos saquen. Si no he entendido mal al antiguo líder del PSOE, lo que Felipe quiere decir es que se trata de la solución menos mala, sobre todo si la comparamos con el horror que supondría repetir elecciones. (Aunque, en mi humilde opinión, cualquier acuerdo que se alcance será mucho mejor si previamente se jubila a Rajoy).
Pero en todo caso, en la trayectoria de González hay un dato que es un bofetón en la cara de sus críticos. Recientemente conocíamos el desagradabilísimo, el lamentable, el terrible dato de que España era el país de la OCDE con mayores desigualdades sociales. Algunos de nuestros nuevos superhéroes de la política han saltado al hiperespacio razonando causas y proponiendo soluciones (bueno, de eso último, de proponer soluciones, más bien poco). Puede que lleven razón, pero, en todo caso, es un envite de boquilla. Si se habla de realidades demostradas, hay que decir que cuando gobernaba Felipe González, a principios de los años 90, España era el país del mundo desarrollado donde la riqueza se hallaba mejor repartida. Repito, de toda la puñetera OCDE y según sus estadísticas, España era la nación en la cual había menos diferencia entre ricos y pobres. Gobernando Felipe González. Felipe. González. Justo, ese mismo. Si yo hubiera sido presidente, no quisiera mayor timbre de gloria.












José Luis Perales | Lunes, 01 de Febrero de 2016 a las 18:31:49 horas
¡Qué jartura de carnaval!
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