APRENDIZAJES

Siempre me enseñaron que la Educación era uno de los pilares revolucionarios más importantes. Más tarde me aconsejaron que no fuera siempre dando explicaciones, porque mis amigos no las necesitan, mis enemigos no se las creen y los estúpidos no las entienden.

De mi madre aprendí a no desfallecer jamás, aunque la Vida se vuelva dura, muy dura, a veces. De mi padre aprendí que no tenía que acobardarme nunca. De los dos he aprendido a resistir, a soportar los golpes que el tiempo ponga en mi camino. De mis hijos he aprendido que la felicidad se materializa  en verlos crecer felices. El tiempo me ha enseñado que “la vida es un paseo, no una carrera”, como aconseja un mensaje que leí una vez, y que, con el transcurrir de los días, me doy cuenta que tiene  razón.

He aprendido también a escoger a los amigos. De hecho, muchos antiguos amigos han pasado a formar parte de la lista de conocidos, por lo que, en el fondo, nunca llegaron a ser amigos, porque los amigos son para siempre.
También me he dado cuenta que he dejado de ser un fanático de todo lo que antes me apasionaba, aunque el abanico de mis aficiones siga siendo variado. Me gusta el fútbol, pero no me apasiona como antes. Y lo mismo me ocurre con todas las demás aficiones. Sólo una prevalece con el mismo ardor de siempre, y es la lectura.
También ha dejado de importarme las opiniones que los demás tengan de mí. No me altero ante las críticas (siempre respetables, aunque no sean compartidas), ni ante los ataques que frustrados y/o desencantados personajes puedan dirigir hacía mi persona. Si no fuera así, hubiese dejado de escribir artículos de opinión en este medio hace ya tiempo.

He descubierto que las buenas personas están en todas partes. También que la cantidad de buena gente es muy superior a las malas personas, pero que estas últimas  se hacen más visibles porque sus acciones se airean con mayor frecuencia. Las buenas noticias no venden, ya saben.  

Me he dado cuenta que lo importante es aportar, aunque sólo sea un poco, para que este Mundo sea, aunque sólo un poco, mejor. Cómo dice la letra de una canción “que la reseca muerte no me encuentre  vacío y seco sin haber hecho lo suficiente”.

Cada vez estoy más convencido de que la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad es la triada que da contenido a una verdadera democracia. Por eso, cada día que pasa soy un republicano más convencido.
Para terminar, otro consejo que intento aplicarme y es el que “nunca tengas la cabeza tan alta que te la puedan cortar, ni tan baja que te la puedan pisar. Aprende a ser lo suficientemente humilde para evitar que la arrogancia te ciegue, pero lo bastante digno para no permitir que te humillen”.
Salud.