Derribado el casi centenario edificio que acogía la emblemática Venta La Costilla
Aunque ahora hará dos años que cerró sus puertas por culpa de una crisis que se hizo insostenible, el bar La Costilla o Venta La Costilla como se llamaba originariamente, ha pasado a la historia y no porque como referente gastronómico en una zona tan transitada como la plaza Jesús Nazareno ya no estuviera en activo desde 2013, sino porque en esta semana, se ha procedido a la demolición del edificio que desde 1936 albergó este emblemático bar.
Conocido por sus guisos caseros, pescados, carnes, mariscos y cocina tradicional en general, de la Venta La Costilla no queda hoy ni rastro más allá de los recuerdos de sus clientes y de los propietarios de un negocio familiar que hoy ven con cierta tristeza y nostalgia su derrumbe. También muchos ciudadanos lamentan la destrucción total de un local que formaba parte del paisaje de la plaza Jesús Nazareno desde los años 30.
Margarita Sánchez García y su hermano Javier han sido durante los últimos 20 años dueños de este bar, ella como titular del negocio que fundó su abuelo Joaquín Sánchez Briones hace ocho décadas junto a dos socios, Manuel Pacheco Fuentes y Joaquín Merino (aunque este último sólo estuvo unos 4 años en la sociedad), y él como trabajador que con sólo 15 años ya estaba detrás del mostrador de la venta. Hoy pasa de los 50 y su vida laboral tan vinculada a este emblemático bar sigue fuera de Rota. La crisis, comentaba Javier a Rotaaldia.com, hizo que el negocio tuviera que cerrar sus puertas "porque no se puede pretender vivir de dos meses de verano todo el año". Sin embargo, antes de este cierre, Javier recuerda momentos de mucho auge y prosperidad en el negocio que su abuelo levantó cuando la Costilla era una zona alejada del centro del pueblo. De hecho, su nombre original es el de venta, como corresponde a esos bares que siempre suelen estar alejados del núcleo de población. Aunque hoy pueda parecer extraño, la Venta La Costilla no era el centro de Rota como se le conoce en la actualidad, pero siempre contó, por su cercanía a la playa del mismo nombre, con unas vistas inmejorables. Quizás por eso, y porque también estaba cerca el antiguo Balneario al que venían muchos turistas, este conocido bar restaurante tuvo siempre una buena clientela.
Por La Venta La Costilla, decía Javier a Rotaaldia.com, han pasado ministros, alcaldes, políticos, reconocidos médicos, militares de rango y muchos veraneantes. Era una zona frecuentada antes de la década de los 50 y mucho más lo fue cuando se implantó en Rota la Base Naval en 1953, que tanto auge económico dio a muchos negocios locales. Entre ellos, este de la Costilla, como recuerda Javier refiriendo los inicios de su abuelo y su socio como fundadores. En realidad, y como curiosidad, hay que decir que la apertura de la Venta La Costilla fue una especie de ampliación y mejora del negocio que ya existía con el montaje de un chiringuito de amplias dimensiones en la playa. Fue cuando construyeron el local cuando fundaron la venta en esa transitada esquina dejando entonces el chiringuito.
Al principio era un local pequeño que poco a poco se fue ampliando hasta tener las dimensiones con las que se recuerda en estos últimos años; había una zona de terraza con brezo que luego se incorporó al local haciendo esa media luna que daba a la avenida San Fernando. Javier recuerda que al principio, había cerca un puesto de la Guardia Civil y sobre el techo de la venta, una pensión con 11 habitaciones. Aquello funcionaba como una casa de huéspedes por donde pasaban maestros, sargentos, guardias civiles, etc. Allí, a La Costilla, llegó uno de los primeros televisores de la época y siempre fue un lugar de encuentro transitado porque cerca había una parada de autobús y taxis, con lo que la terraza de la Venta La Costilla era un lugar ideal para esperar.
La llegada de la Base los desbordó y llegaron a tener desde los años 50 a los 80, una plantilla de hasta 17 personas, lo que da una idea del volumen de trabajo que existía. En verano, se encargaban de dar comida para unas mil personas en la Fiesta de la Urta, ya que Manuel Pacheco Fuentes, fue según Javier, el creador de este plato que tanto éxito tuvo y tiene.
"Era un negociazo, sin control de impuestos, donde todo era prosperidad porque en invierno teníamos a los americanos y en verano a los turistas. Era otra época", cuenta Javier que nació literalmente en ese local, justo lo que antes del cierre era la cocina; esa fue su casa y la de sus nueve hermanos.
Ahora que la Venta La Costilla ya es historia no sólo porque cerró hace dos años sino porque el local que la albergaba ha pasado a ser un solar que pronto acogerá un edificio nuevo de pisos y locales comerciales, Javier mira con tristeza su desaparición. "Hemos sido un negocio familiar y generacional donde yo he atendido a nietos o hijos de clientes que eran de mi abuelo. Era un sitio agradable, con cocina tradicional que se le debe a mi madre Pepa, y donde el buen trato era primordial para nosotros", cuenta un nostálgico trabajador que pasó más de 30 años tras el mostrador de este emblemático bar que vendió la cocina roteña a extranjeros y turistas y de la que hoy ya no queda ni rastro. Lo viejo se hará nuevo y de la Venta La Costilla sólo queda el recuerdo.









































Mas importante | Jueves, 03 de Diciembre de 2015 a las 13:06:26 horas
Mas importante fue que quitaran el ferrocarril de este pueblo y no se le dio tanto bombo, la venta estaba cerrada y si los dueños han decidido venderselo a una empresa pues muy bien para eso era de ellos, yo no me explico con los nostálgicos estos, pues no han cerrado bares ya en Rota donde se comia buenas tapas ejem, el trompero, el bar talaó etc,
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