No pretendo opinar sobre el asunto catalán, de banderas ni de nacionalismos. Ni tampoco pretendo hacer un alegato intolerante hacia el pueblo catalán, al que respeto y admiro por muchos motivos.

Dicho esto, me parece una gran cortina de humo que el asunto catalán acapare casi todo el espacio de los medios de comunicación, desviando la atención de lo que, a mi juicio, es realmente importante: en algo más de un mes tenemos las elecciones probablemente más importantes de  las últimas décadas, en la que puede que nos juguemos más de lo que pensamos, lo que algunos llaman la segunda transición.

No me cabe duda de que hay quien todo este asunto, justo en este momento, le viene de perlas. Que a muchos españoles, de a pie les preocupe como algo de vida o muerte, la unidad de España, sitúa al presidente Rajoy como firme garante de dicha unidad, con el mensaje de “nosotros buenos, ellos malos”.

He ahí lo que me parece más inquietante, que la preocupación de muchos españoles sobre la unidad de España, se proyecte en votos hacia partidos como PP y PSOE, que se auto denominan “serios” y los únicos que miran por España. Esos mismos partidos “serios” que nos han llevado al desastre, que siguen desangrando a la población a la que recortan en servicios, derechos y libertades. Los mismos que han hecho que la gente se asquease de la política, percibiendo esta no como un servicio a la comunidad, sino como un ejercicio mafioso de ladrones y sinvergüenzas. Esos mismos partidos “serios” que han saqueado las instituciones para llenarse sus bolsillos con lo que es de todos.

Sé que esto de los patriotismos levanta muchas pasiones, a la par que intolerancias, pero permitidme que a mí no me preocupen tanto los independentistas como los dichosos partidos “serios”, que son los que destrozan mi país, termine este en Andorra o en el Ebro.

Pablo Domínguez Ponce