EL DÍA DE ROTA

Las pasadas Fiestas Patronales han  supuesto una serie de cambios en el formato tradicional de las mismas.
No se ha roto con la tradición, ni mucho menos, pero ha habido cambios significativos como consecuencia de la nueva visión que el equipo de gobierno actual le ha dado a una festividad que había quedado anclada a un idéntico esquema, al menos hasta dónde la memoria me alcanza.

Sin duda, la aportación de la celebración del “Día de Rota” a las Fiestas Patronales ha sido una gran idea. “¡Yo qué voy a decir!”, dirán o pensarán algunos con razón. Pues, a pesar de lo que digan algunos/as, creo que los cambios han dado un toque más participativo a unas fiestas que sólo eran disfrutadas por unos pocos. Eso piensan otros pocos, entre los que me incluyo. Es más, casi siempre aprovechaba la fecha para traspasar nuestra frontera del “Salao” y perderme por otras tierras.

La izada de la bandera de nuestro pueblo a cargo de nuestro Cronista inició la celebración. No sin antes deleitarnos con la lectura  del  relato, cuya temática era Rota, del alumno ganador del certamen convocado a tal fin. En honor a la verdad, tengo que decir que este evento ya se llevaba a cabo hace bastantes años, cuando la coronación de las damas del Rosario tenía lugar en el desaparecido cine Victoria. Cuando uno empieza a rememorar ciertas situaciones como éstas, es cuando se da cuenta que se va haciendo mayor. En fin.
El Pleno Extraordinario celebrado a tal efecto, tras la izada de bandera, fue otro toque distinto a las fiestas. Las intervenciones de los distintos grupos portavoces de los partidos políticos fueron seguidas por los ciudadanos que llenaron por completo el Salón Capitular.

Tras el Pleno, la Plaza de España adquirió un ambiente de plaza de pueblo, de verbena popular, de día de fiesta.
Por la tarde, la Gala del Día de Rota cerraba los actos. Homenajear a roteños y roteñas, en el día de su pueblo, creo que ha sido todo un acierto. No es que no se haya hecho antes (lo de homenajear a roteños y roteñas, digo), no es eso. Es lo de “crear” un día para honrar a  vecinos y vecinas, lo que opino que ha sido un acierto. También  destacar los valores académicos de jóvenes vecinos como distintivo de superación, entrega y esfuerzo; ha sido un toque diferencial en estos homenajes.

Sin perder su carácter religioso, del que sería necio negar, las Fiestas Patronales de este 2015 han tenido un carácter también político-social, lo que ha provocado mayor participación en ellas.
También han dejado claro la ruptura entre las viejas formas y la nueva visión. Una nueva forma de hacer que se traduce en todo el acontecer político, aunque sea en las manifestaciones festivas donde mejor se visualizan por parte de todos. Es como si se hubiese pasado del Despotismo Ilustrado al ideario democrático de la Ilustración en sólo unos días.
Salud.