En una ajetreada noche roteña, llena de actividades culturales, comerciales y benéficas, una protagonista sobresalía por encima de todo. Una semana después de iniciar su peregrinación extraordinaria hasta Costa Ballena, la Virgen del Rosario llegaba hasta su sede en la parroquia de la O, donde permanecerá en solemne besamanos durante todo el día de hoy y de mañana.

Ha sido una semana de intensas emociones, en la cual por segunda vez en la historia, la Patrona de la Villa se desplazaba hasta la iglesia de Costa Ballena que lleva su nombre. Un traslado o peregrinación por las calles roteñas y por la vía verde de la localidad hasta el complejo turístico, donde ha protagonizado numerosos actos devocionales y culturales.

Ya en la tarde del jueves la Virgen del Rosario iniciaba su retorno hasta el núcleo urbano roteño, nuevamente por los campos roteños y portada por cientos de fieles. Pasadas las doce, en la noche del jueves al viernes, llegaba hasta el colegio Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, las salesianas, donde descansaba unas horas, hasta que a las ocho horas de la tarde de ayer, en el patio del citado colegio, se celebraba una eucaristía en su honor.

Una hora más tarde aproximadamente, la Patrona iniciaba su definitivo traslado hasta la parroquia de la O, está vez sobre su paso procesional (a la ida fue en parihuelas) y con el acompañamiento musical de la banda municipal de música Maestro Enrique Galán.

En una noche especial, y con miles de roteños y turistas en la calle, la Virgen del Rosario emprendía un recorrido original, pasando por calles y avenidas por las que no suele pasar. La ruta de vuelta a la parroquia de la O fue la siguiente: avenida Príncipes de España, Joan Miró, avenida de Sevilla, avenida San Fernando, María Auxiliadora (derecha), San Roque, Charco, Alcalde García Sánchez, plaza de Andalucía, Álvaro Méndez, plaza de España, Cuna, plazoleta Padre Eugenio, y plaza Bartolomé Pérez, desde donde, con el original ambiente propiciado por la presencia allí del Mercado Artesanal Quijotesco, la Patrona se recogía sobre las dos de la madrugada.