Antonio Franco
![[Img #46837]](upload/img/periodico/img_46837.jpg)
SITUACIONES COTIDIANAS
No hay duda de que nos han “domesticado”. Hasta tal punto, que nos han arrebatado el espíritu crítico, que no es lo mismo que la libertad de rajar por todo y de todo. Lo de rajar, lo de protestar, no lleva a ningún lado si no viene acompañada de otras medidas.
Basta con analizar algunas actividades cotidianas para darnos cuenta de ello, de que nos han “domesticado”.
Empecemos por las gasolineras. ¿Por qué tengo yo que servirme el combustible requerido si no dispongo del carnet para manipular sustancias peligrosas? Si a un “loco” le diese por rociar de gasolina su propio coche y los alrededores cuando han pulsado desde el control del empleado de la gasolinera, ¿se tomarían entonces medidas?
Sin embargo, nos hemos acostumbrado a esta modalidad y la aceptamos, sin más. Bueno, a lo mejor rajamos, pero nos servimos el combustible requerido con la pasividad de un cordero. O de un león domesticado, según el animal con el que cada cual se sienta identificado. Restan puestos de trabajo y no pasa nada.
En las grandes superficies empiezan a introducirse la modalidad de “cobrarse uno mismo”. O sea, usted actúa a modo del dependiente de la caja. Pasa los rayos esos de colores chillones por encima del código de barra del producto, y al final, usted mismo paga introduciendo su tarjeta bancaria. Es más rápido, nos dicen. Pero, si todas las cajas tuviesen el mismo sistema, ¿cuántos puestos de trabajo se destruyen?.
Lo más de lo más son los establecimientos de comida rápida. Me refiero a los burgues de las firmas multinacionales. Tienes que estar ojo avizor para descubrir una mesa que esté libre. Una vez adquirida la susodicha mesa, tienes que hacer cola para pedir el menú. Una vez servido y pagado, lo depositan en una bandeja y, hala, allá va tú con tu bandeja a la mesa que previamente has podido encontrar libre. No termina ahí la cosa. Como un educado ciudadano, depositas en un recipiente la bandeja con las servilletas sobrantes y los envoltorios de los alimentos que te has comido, además de los utensilios que has usado, y dejas la mesa impecable. Sólo falta que te den una bayeta para que la mesa quede liste para el siguiente comensal.
El otro ejemplo son los bancos. ¿Se han fijado que en casi todas las oficinas bancarias existen dos ventanillas pero una siempre está fuera de servicio, aunque la cola de usuarios llegue a la puerta de la entidad? Otra curiosidad son los mensajes de sus carteles. Me llama la atención uno que dice: Área de atención rápida. La verdad ignoro el significado, porque te puedes llevar esperando diez o quince minutos a que el señor o la señora que está siendo atendido/a acaben con su gestión.
Otro detalle. Algunas entidades bancarias te obligan a utilizar el cajero para reintegros inferiores a una cantidad determinada, pongamos por ejemplo 300 euros. Lo mejor en estos casos, si usted quiere ser atendido por ventanilla es pedir 400 euros e, inmediatamente, ingresar 100 euros. Es una doble operación, pero es una manera de fastidiar tanto mandato bancario.
Podemos seguir. Lo dejamos para otro día.
Salud.












Tomasito | Lunes, 08 de Junio de 2015 a las 20:31:19 horas
Los comentarios otra vez alejados del artículo,normal.En éstos foros siempre aparecen los rojillos y los azulinos y cada grupo mantienen sus ideales,como no puede ser de otra manera.Decir que gracias a Dios, Cuba y EE.UU volverán a tener relaciones normales entre dos naciones muy vecinas,lo demás ahora sobra conociendo el sufrimiento pasado de unos y otros.¡Por cierto mi mujer y yo cada vez vamos menos a establecimientos que se ahorran un trabajador ó más con el rollo del selfservice,ambos pensamos que hay una persona que se irá a casa sin trabajo por éste sistema,al final te cobran igual!!!!
Accede para votar (0) (0) Accede para responder