En esta madrugada del sábado 28 de marzo al domingo 29, los relojes deberán adelantarse una hora para cumplir con el horario de verano que cada año se hace para ahorrar energía aprovechando más la luz del sol.

De este modo, a las 2.00 serán las 3.00 horas. Un cambio de hora que se aplica el último domingo de marzo y que terminará el primer domingo de octubre, cuando volveremos al horario de invierno siendo necesario entonces, atrasar los relojes una hora.

La Unión Europea entiende en su directiva que este cambio contribuye al buen funcionamiento de algunos sectores, como los de transportes y de comunicaciones, pero también otras ramas de la industria y, por ello requiere una programación a largo plazo.

Hay que recordar que el cambio de hora se generalizó de forma desigual desde 1974, a raíz de la primera crisis del petróleo, por la que algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz solar y consumir menos electricidad en iluminación. A partir del 2000, es cuando se fija por una Directiva Comunitaria esta modificación horaria en toda la Unión Europea.

Se estima que el ahorro de energía con el cambio de hora pueda llegar al 5 por ciento del consumo eléctrico en iluminación.

Mañana además, se celebra la cita mundial de la "Hora del planeta" donse desde las ocho y media a las nueve y media de la tarde, se pide a los ciudadanos y organismos públicos que colaboren apagando las luces. En esa línea, se dan consejos de hacer un uso responsable de la energía, apagando las luces cuando se sale de una habitación, aprovechando la luz natural hasta que se pueda o sustituyendo las bombillas normales por unas de bajo consumo, o decorar las paredes con colores claros para favorecer la luminosidad, entre otros.