INGENIERIA CONTABLE

En el pasado pleno, el equipo de gobierno presentó, para su aprobación, los presupuestos para el el año 2014. Sí, han leído bien. Se trataba de aprobar los presupuestos para el año 2014. Lo que “descuadraba” en la propuesta no eran los presupuestos. Éstos estaban perfectamente cuadrados y equilibrados entre ingresos y gastos. Lo que no “cuadraba” era la fecha. Porque, a  ver, un presupuesto es la planificación de gastos e ingresos durante un ejercicio económico. Un presupuesto es un elemento de planificación. Se presenta, pues, una planificación de gastos e ingresos, y, por consiguiente, una política económica con sus directrices determinadas. Pero, ¿cómo se puede planificar el año 2014 en diciembre de este año que está a punto de concluir? No parece, desde luego, una propuesta seria.

En mi intervención como portavoz de Izquierda Unida recurrí a la expresión “ingeniería contable”. Me sigue pareciendo que todo este “juego” de cifras no es más que un verdadero trabajo de ingeniería económica.
Fíjense en la evolución de los números de  nuestra hacienda local. El equipo de gobierno, durante la legislatura 2007-2011 sólo presentó un presupuesto, el del año 2008. Uno de los requisitos de los presupuestos públicos es que no pueden presentar déficit alguno. Por lo tanto, ese presupuesto que se presentó, siendo alcalde de la Villa don Lorenzo Sánchez, no tenía mácula alguna de números rojos.

Desde ese ejercicio económico, nuestro ayuntamiento acumuló un déficit de tesorería de casi diez millones de euros hasta el año 2011. Esto es, se habían gestionado mal los recursos y/o se había gastado por encima de los ingresos. Consecuencia de ello es que no se podían volver a presentar unos presupuestos puestos que el déficit que se iba acumulando era cada vez mayor. Y ya hemos mencionado que no se pueden presentar unos presupuestos con déficit. Y, de repente, de tener un déficit de diez millones de euros, pasamos, en el año 2012 a tener un superávit de doce millones de euros. Y, eso cómo puede ser, se preguntarán ustedes. La solución a este enorme superávit la daba el préstamo para pagar a proveedores ordenado por el gobierno central. Dieciocho millones de euros que “ingresaba” nuestro ayuntamiento para pagar sus deudas con los proveedores y que no se contabilizaba ese año como deuda. Resultado: no teníamos deuda con nuestros proveedores y ello permitía “salvar” el déficit que se había acumulado.

Pero, ese superávit del 2012 duró lo que tarda en desaparecer las golondrinas en cuanto aparecen los primeros fríos. En el presupuesto presentado en el año 2014, ya no hay superávit, ya hay equilibrio presupuestario. Parece como se hubiesen dilapidado doce millones en sólo dos años. No creo que denominar a estas apariciones y desapariciones de cifras millonarias en el cuadrante de nuestra hacienda municipal como ingeniería contable, sea descabellado ni siquiera atrevido.

Desde que el equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento se hiciese con las riendas de su administración, se puede afirmar que no han sido, precisamente, un ejemplo de austeridad. Lo digo por la deuda que acumularon.  Ahora se han vuelto austeros. Pero es que ahora no tienen más remedio.
Salud.