EL ÉBOLA, CATALUÑA, LAS TARJETAS B, LA POBREZA EN ESPAÑA...

La temida epidemia llegó a España. Se veía venir. Ante la manifiesta incapacidad de nuestro Gobierno central, el virus de la desigualdad se instaló entre la población española. Las recetas que impusieron abocaron a ello. Hasta las clases medias, instaladas justo al medio de las clases sociales, se han visto afectadas por el virus. Todo era cuestión de tiempo. El período que va desde que se pierde el empleo hasta que se acaban los ahorros y se ha consumido las prestaciones por desempleo es el que marca el inicio de los “primeros síntomas”. El virus de la pobreza ha traspasado fronteras y ha llegado para quedarse. La solución y el remedio es sólo uno: trabajo. Pero, “nuestros médicos” han recetado “anticuerpos” baratos. Ni siquiera con la medicina del trabajo se ha llegado a erradicar el  virus de la pobreza instalado en una buena parte de nuestra sociedad.

Al margen de esta situación, como si viviesen en otro país y en otro mundo ( tal vez sea así, que vivan en otro mundo), cierta clase de la sociedad ha tenido el remedio a “sus males” guardados en la billetera. Mientras que la población “adelgazaba” por mor de la crisis, estos personajes dirigían las propuestas para salir del estancamiento recetando austeridad y sacrificios. La crisis no les afecta. Es más, les enriquece.  

Lo mejor que le podía haber ocurrido a los países del África Central a los que les afecta el virus del ébola es que este haya traspasado fronteras y haya llegado al primer mundo. Ya han pronosticado una vacuna a partir del próximo año. El ébola, cuyo primer caso conocido data de los años setenta del siglo pasado, no ha sido hasta ahora negocio para las farmacéuticas. “Qué más da que unos pocos negros mueran a causa de una desconocida y extraña enfermedad”, digo yo que dirían. Los gobiernos de esos países no tienen capacidad económica para invertir en investigación. Tampoco para adquirir los medicamentos que otros “inventan”. En el primer mundo interesa más a las empresas farmacéuticas y veterinarias dirigir sus investigaciones para hacer más placentera la vida de las mascotas de los ciudadanos del primer mundo. “Qué para eso pueden pagarla”, que digo yo también que se plantearán.

Desde que el gobierno de Mariano Rajoy se empeñó en enfrentarse al catalán, el número de independentistas catalanes ha ido en aumento. Desde mi punto de vista, cualquier independentismo bebe de dos aspectos. Uno es el económico. Este es fácil de resolver. Todo es cuestión de mayor financiación.  El otro aspecto del independentismo es el romántico y/o sentimental. Este no se erradica dotando de mayor financiación la región autónoma. Por otra parte, este siempre va a existir. La habilidad, en este caso, es que no siga aumentando.
Salud.