La avenida de la Diputación estará probablemente libre de inundaciones según el alcalde de Rota, Lorenzo Sánchez, gracias a la inmensa obra que se ha hecho en esta vía y que ha durado todo un año. Desde luego puede que las lluvias no creen problemas a los residentes en la zona, pero tras ver el resultado, ¿acaso nadie se ha preocupado de eliminar las barreras arquitectónicas en esta avenida que ha estado levantada más de once meses? ¿Nadie se ha preocupado de hacer más fácil el tránsito a aquellas personas que van en silla de ruedas o conducen un carrito de bebé?. Pues debe ser que no. Si nos fijamos a lo largo de toda esta avenida que ha estado en obras durante meses, lo cierto es que ni un solo paso de peatones tiene el rebaje hecho en el bordillo de la acera para facilitar el paso a personas con dificultades de movilidad y aún peor, si hubiera que remodelarlo, ¿las obras volverían a este punto?. Los ciudadanos han sufrido muchas molestias que van, evidentemente unidas a este tipo de obras, pero aún es peor cuando una vez que se acaban se crean otros problemas, quizás para una minoría, pero problemas.

Desde luego, está bien acometer proyectos de gran envergadura para disminuir el riesgo de inundaciones en la zona, pero no se pueden olvidar en el camino pequeñas cosas que hacen la vida más fácil para el que lo tiene más complicado. Si se vende ser un referente en la eliminación de barreras arquitectónicas, no se pueden cometer estos fallos.