PAN, TRABAJO Y TECHO

Es lo mínimo que un gobierno de  un país, considerado desarrollado, puede garantizar a sus ciudadanos. Si la principal función de la Política, con mayúsculas, es procurar la felicidad de la ciudadanía, podemos decir que no la está cumpliendo. Se ha desvirtuado la Política de cabo a rabo.

Si un gobierno no es capaz de que el Pueblo que lo eligió tenga pan, trabajo y techo, se puede afirmar que ese gobierno ha fracasado. Si encima, con su labor de gobierno ha contribuido a que haya más parados (menos trabajo), y no ha podido, no ha sido capaz (no ha querido o no se lo han permitido otros poderes), de evitar que una parte de la ciudadanía para la que gobierna se haya visto abocada a dejar sus viviendas (sus techos), podemos asegurar que ese gobierno es de una ineptitud manifiesta.

Si hablamos de pan, podemos comprobar que las asociaciones de caridad y solidaridad se han multiplicado en los últimos seis años. También en Rota. Estas asociaciones vienen a cubrir las deficiencias de todo gobierno. Es verdad que siempre ha existido una bolsa de pobreza dentro de la sociedad. Ese hueco lo cubría Cáritas. Pero la merma de derechos, traducida en la falta de empleo, desahucios, aumento de la pobreza... ha provocado la proliferación de asociaciones de este tipo, gracias al espíritu solidario de sus componentes, personas que se entregan a los demás porque no pueden permanecer impasibles ante lo que contemplan cada día en su entorno.

El gobierno que no es capaz de resolver estos temas (pan, trabajo y techo), no merece gobernar.

Al margen de estas cuestiones, aunque estrechamente ligado a ellas, nos encontramos con la paradoja de que para “salvar” los problemas que la propia Banca ha creado, SÍ se encuentran soluciones; para “salvar” la gestión de las empresas concesionarias de las autopistas de peaje, SÍ se encuentran soluciones; para “garantizar” los porcentajes de beneficios de las empresas eléctricas, SÍ se encuentran soluciones. Al margen de estas cuestiones, nos encontramos que la corrupción política campa a sus anchas. La ciudadanía no encuentra que la relación “falta-castigo” sea en estos casos demasiado justa. Para un político se pide el indulto, pero para el desahucio de una familia, ésta sólo tiene el apoyo de una Plataforma de Afectados por las Hipotecas y de sus vecinos más cercanos.

La nómina de los políticos no ha sufrido ningún tipo de reducción, mientras que la de los funcionarios públicos sí. De hecho vuelve a estar congelada para el próximo 2015. Los políticos no han visto mermado sus ingresos de pagas extras, la de los funcionarios, por contra, sí. Esa distinción entre unos y otros, esas prebendas a favor de la clase política, llevan a algunos, con razón, a hablar de “casta política”.

Pan, trabajo y techo pueden considerarse los vocablos que resumen el concepto de Fraternidad en la trilogía republicana (Libertad, Igualdad, Fraternidad). Quizás el menos comprendido de los tres sea  precisamente la Fraternidad. Sin embargo, sin la existencia de ésta es imposible conseguir las otras dos. No podemos hablar de Igualdad sin asegurar lo mínimo para vivir ( pan, trabajo y techo). No podemos hablar de Libertad si no se garantiza lo imprescindible para poder ser libres. Después vendrán otras cuestiones, como la Educación.
Circula una frase por la red, atribuida al Papa Francisco,  que dice que los gobiernos empobrecen a la gente para que luego los pobres les voten. Sea del Sumo Pontífice o no, estoy totalmente de acuerdo con el enunciado.
Salud.