Balsa Cirrito
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APORTACIONES ESPAÑOLAS
España no suele aparecer como país productor de grandes inventos. ¡Tonterías! Vamos a demostrar que pocas naciones en el mundo han realizado descubrimientos tan trascendentales para la humanidad. Y, como verán, no se trata de una coña.
Paso a los grandes inventos o descubrimientos españoles…
La mayonesa (o mahonesa). No es un descubrimiento menor; después de todo se trata de un alimento popular en todo el mundo. Esta emulsión es, según estadísticas, la salsa más vendida en el planeta Tierra. Y es de origen español. Es verdad – suele ocurrir – que los franceses también se atribuyen su invención. Pero en éste, como en otros casos, no parecen tener razón. Sólo hay que ver la abundancia de salsas similares, como el ali oli, que existen en el Levante español, y que en la propia Francia se consideran de raigambre española.
La guitarra. Si la mayonesa es la salsa más popular, sin duda la guitarra es el instrumento musical más utilizado del universo, ya sea en sus versiones flamenca o clásica, o en las más modernas western o eléctrica (a veces se habla de guitarra española; en puridad, todas las guitarras son españolas). Los orígenes del instrumento son complejos y no hace al caso referirlos. Pero lo que si está claro es que quién completa su historia, añadiendo una sexta cuerda y culminando su complexión armónica. Es el poeta español Vicente Espinel. A partir de ahí comienza la gloriosa carrera del instrumento. De hecho, no creo que haya muchos inventos con tanta trascendencia. ¿O alguien conoce algún grupo musical juvenil sin guitarras?
La novela. Pongámonos cultos. Tres son los géneros literarios fundamentales: el narrativo, el lírico y el dramático. Podríamos decir que, históricamente, el teatro español es el más rico e influyente del mundo (durante 250 años todos los autores de Europa se dedicaron a copiar, imitar o parafrasear las piezas del teatro clásico español), pero lo vamos a dejar para otro día. Si entramos en una librería, la inmensa mayoría de los libros pertenecen al género de la novela (es decir, narrativo). Y la novela, preciso es proclamarlo, es un invento español. Al menos, lo que en la actualidad entendemos como tal: una narración en la cual los sucesos dan pie a la evolución de los personajes. Pues bien, las primeras obras en que tal cosa sucede son El Lazarillo de Tormes y El Quijote, que como todos sabemos, se compusieron en nuestro país. De ahí provienen, directa o indirectamente, todas las novelas del redondo mundo. (¡Chupaos ésta, franchutes!)
El Santo Grial. Reconozco que este punto lo he incluido con calzador, y que puede ser que no concuerde demasiado con el resto de los ítems. Pero se trata de la leyenda más famosa del mundo occidental, y es española. Si no, ¿cuántas películas hemos visto del rey Arturo y de los caballeros de la Tabla Redonda que tienen precisamente como fondo el Santo Grial? En la actualidad, la mayoría de los Best Sellers, empezando por El Código Da Vinci, se relacionan de forma más o menos declarada con el mencionado grial. Lo curioso es que, modernamente, la famosa leyenda no se conecta nunca con nuestro país, y se le atribuyen orígenes franceses, ingleses o alemanes. Sin embargo, los primeros textos que la refieren le otorgan un origen toledano. Richard Wagner la situaba en España. Y, sobre todo, la palabra grial (o graal) no significa nada en ninguna lengua europea. Salvo en español medieval, donde significa copa (por supuesto, no hacemos mucho caso de algunas descojonantes etimologías). Y se supone que el Santo Grial fue la copa que utilizó Jesucristo en la Última Cena. (Espero no haberme puesto demasiado pedante).
Dejamos para el final la aportación más grande de los españoles. Y no hablo del chupa chups, de la fregona, del futbolín, del helicóptero o del descubrimiento de América. Ni siquiera del tiqui-taca. Me estoy refiriendo al amor.
El amor. Pese a lo que normalmente se piensa, el amor no es un sentimiento natural, sino que está firmemente enraizado en unos modos culturales y sociales. Por supuesto, hablo del amor romántico, del tipo que se da entre un hombre y una mujer, y que hace a ambos suspirar melancólicamente cuando no se hallan uno en presencia del otro. Los antiguos griegos o romanos no se enamoraban como nosotros. De hecho, cuando se leen las obras de la antigüedad clásica, sorprende mucho lo diferentes que son en ellas las relaciones entre hombres y mujeres, y la superficialidad de los sentimientos de los unos por los otros. Pues bien, ese tipo de amor es un invento no ya español, sino andaluz además. Sus orígenes los podemos remontar al siglo X, y se desarrolla entre los poetas arabigoandaluces de la época. El principal entre ellos, y casi el que podríamos considerar el inventor del amor, es Ibn Hazm de Córdoba, con su obra El collar de la paloma. Esta nueva percepción del amor pasa de los poetas arabigoandaluces a los poetas provenzales, y de ahí al resto de Europa, que de la literatura lo transvasa a la vida.
En fin, ¿quién nos tose? La salsa más vendida, el instrumento musical más usado, el género más leído, la leyenda más referida y el sentimiento más practicado. Todos son españoles. Y, por supuesto, no hemos agotado la lista. Se admiten sugerencias.












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