La quinta edición del Festival Mestizo que organizaba por quinto año consecutivo la asociación cultural "La Curvita", ha contado este año con menor participación de público aunque también es verdad que el que se ha acercado a ido a escuchar música. Hasta ahora, el atractivo de la playa, donde se ha venido celebrando en sus primeras cuatro ediciones, atraía a muchos jóvenes que, con sus propias bebidas, aterrizaban al caer la tarde para irse bien entrada la madrugada tras varias horas de fiesta en la arena, algo que suele tener bastante tirón entre este sector de la población. Acudían por ese efecto llamada de música en la playa pero en realidad, pocos se paraban a prestarle un minuto de atención a los músicos que estaban sobre el escenario.  Sin embargo, el cambio que los organizadores han decidido este año llevándose las actuaciones musicales a la plaza de la Merced, se ha dejado notar en afluencia de público, que ha sido menor, pero en realidad, de mayor calidad ya que sólo se acercaron a los conciertos los que de verdad aprecian y disfrutan de la música mestiza.

Con la batucada "Ketetumba Samba" animando al inicio del Mestizo junto a las artes circenses de McBonaro y un escenario preparado para  hacer disfrutar, se presentaba este festival que volvía a apostar por la música del mundo donde los ritmos africanos, étnicos, el jazz y fusión tuvieron su hueco. Los primeros, Rouchi Manouchi, un grupo mestizo que mezcló los ritmos andaluces pasados por el tamiz del swing donde se integraba la tradición oral de raíces gitanas, la música francesa de mediados de siglo y el sonido manouche. El público fue concentrándose para escuchar a los  Gabacho Maroconnection, una banda de world music que fusionó gnawa, jazz y músicas afro-marroquies durante los minutos que estuvo sobre el escenario que luego dio paso a los Picadillo con su música tradicional cubana, el country, el soul o el bluesaliñan que hizo bailar a un público fiel a este Festival Mestizo que este verano ha decidido despojarse de adornos playeros para centrarse en la música del mundo.

Coincidiendo con las actividades del proyecto "Intrusos" de la artista Gallera Bernal, que han tenido como sede la sala de la Torre de la Merced, el Festival Mestizo se completó con una exposición de fotografías sobre  África.

Quizas esta edición ha tenido menos gente pero la organización muestra su satisfacción por el desarrollo de los conciertos y su apuesta por el mestizaje, la cultura y sobre todo, la música que hasta ahora ha sido lo que verdaderamente les ha motivado.