¿ACOSOS?

Noto, de un tiempo a esta parte, que los políticos locales utilizan con demasiada frecuencia el verbo acosar.
Hace algunas semanas, desde Izquierda Unida se pidió al equipo de gobierno que se cumpliera los plazos que desde el Reglamento Orgánico de Funcionamiento (lo que se conoce por el ROF) se marcan para hacer llegar a los grupos de la oposición las actas de las diferentes Juntas de Gobierno Local. Cuando estos documentos se repartían en papel, efectivamente llegaban en el tiempo marcado. Pero, cuando se acordó que se enviarían en formato digital, vía correos electrónicos, la situación cambió. Pues bien, esta advertencia que hizo Izquierda Unida al respecto se tradujo en “que se estaba acosando a los funcionarios” por parte del grupo político de Izquierda Unida. Tengo que añadir que desde aquella “denuncia pública”, las actas son enviadas a su debido tiempo.

Hace algunos meses, Izquierda Unida fue condenada a pagar una sanción por haber anunciado un acto llevado a cabo, colocando un cartel en un lugar no permitido para ello. Otra vez, pesa sobre  nuestra formación política una sanción de las mismas características. Nosotros no nos sentimos acosados por este motivo. La Policía Local cumple con su obligación, al hacer cumplir las ordenanzas. Es una de sus funciones.

No es acoso. Que tengamos que pagar dos multas no quiere decir que “vayan a por nosotros”.
Pero del mismo modo, cuando Izquierda Unida denuncia o se interesa por alguna situación que creemos anómala, no estamos acosando a nadie. Estamos actuando igual que la Policía Local cuando denuncia la colocación de algún acto de IU, cuya cartelería se ha ubicado en un lugar incorrecto. Al igual que la Policía Local cumple con su cometido, desde IU estamos cumpliendo con la labor de oposición. Estamos fiscalizando, tal y como nos ha pedido la ciudadanía que hagamos.

A veces, los hechos descubiertos llevan a elevarlos a la Fiscalía. Es el fiscal quien decide si los hechos denunciados son constitutivos de delito o no. Es el fiscal quien inicia las diligencias y la investigación. Es el fiscal quien imputa a este, ese o aquel (lo mismo para el femenino). No es acoso. Lo venden como acoso porque de ese modo se consiguen, o se persiguen, dos objetivos. Por un lado, desviar la culpabilidad hacia los profesionales del Ayuntamiento. Por otro, criminalizar a la oposición, vendiendo el mensaje de que “somos los malos de la película” y  que ellos no se equivocan nunca.

Como el equipo de gobierno no nos ve como alternativa de gobierno, a los de IU no se dirige con la frase de que queremos conseguir en los tribunales lo que no logramos en las urnas. Para nuestra labor de oposición utiliza el verbo acosar. Tanto abuso del vocablo me ha inspirado el artículo de esta semana.
Salud.