Más de 400 personas asistieron a la 7ª Noche de Literatura en la Calle dedicada al poeta Miguel Hernández. El cambio de ubicación de esta cita no perjudicó al acto

Lo que en un principio los organizadores del evento calificaron como una plaza fría y sin personalidad, se transformó en la noche del jueves en un acogedor espacio lleno de palabras y poemas que hizo pequeña la enorme plaza de La Merced.

Anoche no fue una noche de verano cualquiera. Era la noche en la que la literatura se vistió de gala y salió para codearse con la gente de a pie como lo hace cada verano por estas fechas. Grandes de la literatura de nuestros días volvían a elegir Rota para reunirse en torno a un micrófono para rendir, en este caso, homenaje a la figura del poeta Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento. Comenzaba la séptima edición de Literatura en la Calle.

Fue una noche de recuerdos, de historias y sobre todo, de versos. Los doce escritores invitados al acto escogieron de forma muy personal partes de la obra del poeta alicantino para volverle a dar vida. Mientras, el silencio reinaba en el patio de butacas que superaba las 400 personas demostrando una vez más, que cuando la literatura sale a la calle, nunca está sola.

"Miguel fue un poeta que unió la cultura y el trabajo, supo sacar la cultura a la calle", un concepto que anoche volvía a ser protagonista en una plaza muy concurrida. Tras las intervenciones del concejal de Izquierda Unida, Manuel Helices y del alcalde de Tebujena, Manuel Cárdenas, que centraron sus intervenciones en poner de manifiesto la relevancia de esta cita considerada de las más importantes a nivel andaluz, fue Luis García Montero el que abrió fuego con la lectura de dos poemas de Hernández que "personalmente me emocionan mucho". Montero se refirió a la vida del poeta alicantino resaltando que fue un hombre que con mucho esfuerzo consiguió dominar todos los recursos de la literatura culta, de la poesía barroca española y clásica, y a su vez, supo dominar los tonos populares. Por eso, en la noche de ayer se oyeron poemas de todo tipo.

La riqueza de Miguel Hernández, un hombre que luchó contra la educación reaccionaria de su época que dejaba la cultura sólo para unos pocos, estuvo ayer presente en boca de doce escritores. Los habituales como Almudena Grandes, Benjamín Prado, Eduardo Mendicutti, Ángel García López o el roteño Felipe Benítez, pasaron por un sencillo escenario que sin embargo, hizo grande la palabra. A ellos, se les sumó este año Pepa Parra, Ángeles Aguilera, David Franco, Miguel Ángel García Argües y Juan Sánchez. A la cita faltaron Tito Muñoz que estuvo presente a través de un poema leído por Antonio García Franco, y Manuel Gerena que por sus compromisos profesionales estuvo ausente de cuerpo pero no de alma.

La sorpresa de la noche la puso una jovencísima poeta, María Hermida, que a sus 15 años cuenta con varios reconocimientos como escritora y que a pesar de su juventud, emocionó con la dulzura de sus versos. La nota musical y sabrosona la trajo el cubano Alexis Díaz Pimienta que con sus poemas repentistas animó la velada con el ingenio que "a pesar de la falta de ron" (de la que se quejó en varias ocasiones), supo sacar a relucir haciendo reir al respetable a través de la improvisación de sus letras.

Aunque a Miguel Hernández quisieron callarle, anoche, no lo consiguieron.

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