Los cofrades roteños, aunque también muchos ciudadanos y turistas en general, han empezado a disfrutar de la Semana Santa de Rota 2014 que comenzaba con la salida en procesión de Nuestro Padre Jesús de la Paz en su Triunfal Entrada en Jerusalén. Un Domingo de Ramos en el que las buenas temperaturas se abrieron camino desde primera hora permitiendo así que la Hermandad de la Veracruz no haya tenido que mirar al cielo como viene ocurriendo años atrás por la amenaza de lluvia. Quizás en esta ocasión, la tardía Semana Mayor permita que el tiempo se ponga de su lado y las nubes y chubascos queden aparcados para permitir que el sol y las buenas temperaturas luzcan desde el principio. Algo por lo que rezan los cofrades pero que sólo depende de los caprichos de la meteorología que podría cambiar a medida que pasen los días.

De momento, Rota ha abierto sus puertas a  la Semana Santa y eso se dejó notar desde primera hora de la tarde cuando en torno a las cinco y media, muchos ciudadanos comenzaban a aglomerarse en las inmediaciones de la plaza de San Roque. Desde allí, puntual a las seis menos cuarto y con el repique de campanas de la capilla, partía la cruz de guía que abre el cortejo habitualmente y tras ella, más de 130 hermanos luciendo túnica blanca y capirote rojo con palmas en las manos. El primer día de la Semana Mayor es día de alegría y así lo demuestra la cantidad de niños que forman parte de esta hermandad, no en vano, La Borriquita, como se conoce popularmente al conjunto iconográfico que presenta a Jesús de la Paz montado en su asno, está considerada como el semillero de jóvenes cofrades de la villa. La edad de muchos penitentes que procesionan así como la del capataz, contraguías y costaleros, son un buen ejemplo de la juventud que impera en la Hermandad de la Veracruz que es la única en Rota que procesiona tres veces en estos días.

Nuestro Padre Jesús de la Paz, imagen que en 2008 se estrenó como obra del imaginero roteño Miguel Ángel Caballero Pérez, lucía para este Domingo de Ramos sin las potencias que en otras ocasiones ha llevado, y sustituía el mantolín rojo del año pasado por uno bordado en tonos anaranjados que ya estrenó hace dos años. Una imagen diferente que sin embargo no ha cambiado en lo que a exorno floral se refiere volviendo a quedar reducido también en esta ocasión a  varios centros de flores en las esquinas y costados del paso evitando así el gasto de tener que decorar la superficie que pisa Jesús. Ese dinero que ahorra la hermandad se desvía a la bolsa de caridad con la que se ayuda a muchas familias necesitadas de la localidad. El estreno de la calzada romana que pisa Jesús desde el año pasado, hecha a base de adoquines de fibra, permite ese menor gasto en exorno floral aunque es verdad que sólo pueden observarla aquellas personas que ven la procesión desde balcones y azoteas.

Acompañados por primera vez de la joven banda de música del Santísimo Cristo de la Humildad y la Paciencia de El Puerto, y guiado por el joven capataz Manuel Jesús Pizones Córdoba, la cuadrilla de 30 costaleros y 18 relevos, llevó  a La Borriquita por calles y plazas de la zona centro y casco histórico por donde esperaban muchos roteños y turistas el paso de una procesión que fija su mirada en muchos de los niños que con la cara descubierta dan sus primeros pasos cofrades. Su espontaneidad dentro del cortejo, su corta edad, a veces con meses de vida, y la alegría que reflejan portando las palmas propias de esta salida en procesión, llama la atención de los ciudadanos que a pie de acera esperan para ver a Jesús. Algunos lo hacen por su marcado sentimiento cofrade y otros, asistiendo a un espectáculo cultural que forma parte de la historia de una villa que vive la Semana Santa de forma muy intensa. Por eso, en este Domingo de Ramos el ambiente por las calles ha sido extraordinario. Mañana, el entorno de la salida procesional del Cristo del Amor y de la Esperanza del Calvario se tornará más serio y solemne y así se mantendrá hasta el Domingo de Resurreción.

La Semana Santa de Rota no ha hecho más que empezar y en los próximos días, las hermandades roteñas vivirán con la misma ilusión que lo ha hecho La Borriquita. Los roteños, como siempre, responderán a la llamada de esta conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo que cambia la rutina diaria de todo un pueblo durante siete días.