Calle Charco, con Antonio Franco
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LA VIDA SIGUE IGUAL, PERO NO PARA TODOS
Llevamos un trimestre un tanto acelerado. Sin tiempo para quitarnos el sabor a polvorones, pestillos y anís dulce, nos hemos encontrado de sopetón con las erizás, chorizás, adobás, y demás deliqueteses carnaveleras. Y todo ello como un calentamiento gastrónomico previo a las fiestas de don Carnal.
Entre coplillas y disfraces se nos colado el Día Internacional de la Mujer. Con tanta mezcla, la Marcha por la Igualdad de este año ha estado vestida de ambiente de Carnaval y, más que una marcha reivindicativa al uso, este año ha parecido más bien un desfile de chirigotas y agrupaciones por el centro de nuestra ciudad. Agrupaciones femeninas, eso sí.
El ambiente festivo-carnavalero ha enmascarado el debate de la libertad de decisión sobre la maternidad que tienen, deben tener, las mujeres. Podemos llenarnos la boca con la palabra Igualdad, podemos lucir un lazo violeta (símbolo de la Igualdad o de la feminidad, que curioso como la franja morada de la bandera republicana), pero si se criminaliza a la mujer que decide abortar, entonces no tiene sentido hablar de Igualdad. Pero, en fin.
Y en medio de este cóctel de festividades y conmemoraciones, donde se confunden papelillos y serpentinas con recuerdos de la lucha de la mujer por conseguir sus derechos, sin darnos cuenta nos hemos visto sorprendidos por la visita de doña Cuaresma. Tiempo de preparación para los cristianos que acabará con la Semana de Pasión. Aunque, en este caso, al igual que la mezcla de folclore y reivindicación, habrá distintos modos de vivir este periodo.
Encontraremos al denominado capillita al que lo único que le importa será su hermandad, el adorno de “sus pasos” y la comparación con las otras hermandades como si de una competición se tratara. Al menos esa es la idea que transmiten estos aficionados a la Semana Santa.
Por eso, es frecuente encontrarnos a un sector de la población que guarda su disfraz de Carnaval y desempolva su túnica. Se pasa de lo laico a lo religioso en poco más de un mes. ¿Se pasa?
Como nuestras festividades, ya sean laicas o religiosas, vienen marcadas por el credo católico, hasta para los republicanos, el 14 de abril cae este año en Lunes Santo. Ya es sabido que el Viernes Santo debe coincidir con la primera luna llena de la primavera. Así que, a partir de este dato, hagan las cuentas. Cuarenta días antes, comienzo de la Cuaresma y terminación del Carnaval. Y si contamos a partir de esa fecha, nos encontraremos con el resto de festividades.
Por eso, sin descanso, y con la cera pegada en el asfalto produciendo un chirrido con el tráfico rodado, buscaremos en el fondo del armario “algo” que ponernos para la Feria.
En medio de todo este glosario, la crisis que sufren muchos ciudadanos no queda ni aparcada ni olvidada. Sobre todo para los que padecen sus consecuencias. Paro, desahucios, precariedad laboral... A ellos habrán dedicado algunas letrillas durante los pasados carnavales. De ellos se acordará la Caridad. Ellos no disfrutarán la Feria y para algunos serán unas jornadas para ganar algún dinero.
Salud.












Que le vamos a hacer | Sábado, 15 de Marzo de 2014 a las 14:37:02 horas
Cuanta razón tiene sr. Franco la vida es así, no la hemos inventado ni ud. ni yo.
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