Saldrá a la venta en las librerías roteñas el 3 de enero

Unas 300 páginas, 16 capítulos y decenas de fotografías forman el nuevo libro que ayer viernes por la tarde se presentaba en el Palacio Municipal Castillo de Luna. Su autor, el roteño Agustín de la Poza, y el tema, 60 años de la Base Naval en Rota. Una publicación que pretende reflejar anécdotas e historia de este recinto militar roteño y su influjo en el modo de vida de la que por entonces era una villa de agricultores y marineros.

No ha sido fácil sacar a la luz "Base Naval de Rota, 60 años. A medio camino entre la anécdota y la historia" porque pese a que es una de las publicaciones más curiosas desde el punto de vista social que se han editado sobre aquel acontecimiento histórico que cambió a los roteños, no ha conseguido apoyo económico, a excepción de una pequeña ayuda del Ayuntamiento de Rota. Por tanto, la tarea ha sido aún más complicada aunque su autor ha querido dejar estas dificultades al margen para centrarse en lo que realmente importa, que historias que se vivieron en torno a la construcción de la Base Naval y los cambios que aquello supuso, no se pierdan para futuras generaciones. No hay que olvidar que la Base ha sido un eje principal en el desarrollo de este municipio y así quedó demostrado una vez más con la presentación de este libro que aunque no saldrá a la venta hasta el 3 de enero en las librerías roteñas, su autor desgranó dejando la miel en los labios.

La presentación de "Base Naval de Rota, 60 años. A medio camino entre la anécdota y la historia" contó con un salón multiusos del Palacio Municipal Castillo de Luna lleno de gente, algunos de ellos, testigos orales de los que Agustín de la Poza ha tirado para escribir este libro, otros, hijos de aquellos trabajadores que participaron en la construcción del recinto militar y muchos, simplemente roteños interesados en la historia de su propio pueblo. También hubo autoridades civiles y militares entre los que se encontraban el almirante jefe de la Base Naval, Cristóbal González-Aller, y el comandante de las Actividades Navales de EEUU en España, capitán de navío Greg. S. Pekari, así como miembros de la Corporación municipal roteña con Montemayor Laynez como alcaldesa accidental.

Fue un amigo del autor y colaborador en esta aventura, Juan Pedro Caballero Salas, el que hizo de presentador de Agustín de la Poza destacando el difícil camino recorrido para llegar a lo que ayer ya era una realidad, la publicación de un libro que recoge entre la anécdota y la historia los años más destacados de la convivencia que a día de hoy mantienen la comunidad americana y española a través de la Base Naval de Rota. Ha sido un largo año de trabajo, de documentación y entrevistas a testigos de la época donde se ha contado con la colaboración de la Armada española y americana, por eso,  fue necesario un capítulo de agradecimientos. Al margen de este, y entrando ya en materia, tal y como el propio autor adelantó a Rotaaldia.com hace un par de días, la idea del libro surgió hace unos 20 años cuando el autor se dispuso a ordenar fotografías de su padre, que había sido trabajador durante la construcción de la Base Naval. 200 fotografías inéditas de aquella época que pronto hicieron que en su cabeza se estableciera la idea de que tarde o temprano escribiría este libro para los que vivieron la época, para futuras generaciones e incluso para los nuevos norteamericanos que aterrizarán en Rota, ya que el libro está escrito también en inglés. 

Partiendo de que la construcción de la Base roteña fue el acontecimiento histórico más importante de toda Europa en 1955, Agustín de la Poza desgranó en su presentación de ayer muchas anécdotas y fechas históricas. Todas desde un punto de vista social y sin reflexiones militares o políticas, sólo centrándose en qué significó aquello para la población civil. Un relato con el que el autor mantuvo el interés de los presentes durante casi una hora. 

Hechos como que 700 personas tuvieron que abandonar sus tierras para que se construyera en ellas el recinto militar (algunas se fueron a Nueva Jarilla y otras a El Bercial), relatos sobre la presencia de los mejores ingenieros nacionales y del extranjero para la obra, que unas 2.000 personas de entre 19 y 21 años vinieron de toda España para participar en esta gran construcción, la llegada del agua a Rota gracias a la Base y el cuadro de náuseas y vómitos que aquello creó entre la población por no estar acostumbrados al cloro; foto del primer trabajador de la Base (Francisco  Pérez Ricote),  el uso de cemento proveniente de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Portugal, Israel o Yugoslavia para construir la base; anécdotas entre roteños que comenzaron a familiarizarse con palabras que jamás habían oído como el béisbol, otras provenientes del piloto de la Quinta Escuadrilla, Luis Mollá, con respecto a los aterrizajes en el Dédalo, el glamour de las fiestas de la época;, que en Rota se construye el primer puerto de Europa usando los tetrápodos (1956); la llegada a Rota de estilos musicales como el jazz o el rock que no se oían en ningún otra parte de España; el crecimiento del turismo gracias a los familiares de los americanos aquí destinados que vinieron a visitarlos pese a las distancias; la elaboración de la primera pizza en Rota gracias a un italiano que instaló su negocio venido desde Torremolinos; la presencia de la comunidad china en la localidad; los pensamientos del astronauta Michel Eladio López Alegría cuando estaba en el espacio y se acordó de Rota, contada por él mismo; la ciudad cosmopolita que se crea en 1955 en la localidad por esa combinación de gente de todos sitios; y un sinfín más de historias y anécdotas están en esta publicación. Un libro que podría haber dado para cuatro más, según el autor, por la cantidad de información recabada pero que de momento, ha habido que reducir en un solo tomo. 

Una vez desgranado lo que para el autor es lo más llamativo del libro, y agradeciendo a todas las personas que lo han ayudado en este viaje, tomaron la palabra las autoridades civiles y militares.

Fue el capitán de navío Greg Pekari el que agradeció este trabajo mostrando su satisfacción por el resultado obtenido y por ser parte de la historia de Rota. En la misma línea se manifestó el almirante jefe de la Base, Cristóbal González-Aller, que recordó cómo hacía un año el autor le mostraba la idea del libro y la predisposición que tuvieron desde el principio por colaborar y ayudar a que muchas historias y anécdotas de aquella época no se perdieran. El almirante afirmó que la historia de Rota, de la Marina americana y española están unidas y que fue la presencia de la Base Naval la que permitió reforzar lazos creciendo y transformándose a lo largo de los años. La buena acogida que los roteños siempre han mostrado a los militares españoles y americanos destinados en Rota y su deseo de seguir avanzando en esa buena convivencia fueron parte de su intervención que precedió a la de la alcaldesa accidental, Montemayor Laynez.

La representante municipal hizo especial hincapié en esa misma idea teniendo un recuerdo para las personas que tuvieron que abandonar su tierras expropiados por el Estado para construir la base militar. La teniente de alcalde recordó que Rota era sencilla y humilde y que la llegada de los americanos marcó un antes y un después pero que el roteño, siempre tuvo una buena predisposición para acoger a todo el que venía a Rota, fuera extranjero o no "como sigue sucediendo ahora". Agradeciendo la labor de Agustín de la Poza para que no se pierda esa parte de historia local, Montemayor Laynez recogió el guante de futuras ediciones y se comprometió a estudiar la propuesta para que la historia roteña en ese aspecto, no se olvide.  De hecho, quiso puntualizar que ha sido el Ayuntamiento el único que ha aportado una mínima ayuda para este proyecto.

Hay que destacar que pese a no haber contado con esponsorización para la edición del libro, "Base Naval de Rota, 60 años. A medio camino entre la anécdota y la historia" sale a la venta a un precio muy módico y todo lo que sobre tras afrontar los gastos de edición, se destinará a una obra social, según afirmó ayer Juan Pedro  Caballero dejando así manifiestamente claro que el objetivo de este libro no es lucrarse sino compartir con los roteños y americanos una parte de historia.