Balsa Cirrito
![[Img #28552]](upload/img/periodico/img_28552.jpg)
TEORÍA DE DICIEMBRE
No se asusten, este artículo no es tan pedante como promete su inicio. Pero existe en la historia de la literatura española una anormalidad que suelen reflejar los manuales de la materia. Y es que el movimiento cultural conocido como prerromanticismo antecede en el tiempo al neoclasicismo, al que, en teoría, se opone por sus excesos; algo así como si hubiera anticomunistas antes de que existiera el comunismo.
Más o menos es lo que ocurre con diciembre.
En diciembre, a finales de diciembre, comienza el invierno. Y desde un poco antes el frío empieza a acuciarnos. Las mañanas son gélidas. Anochece a la hora que en verano estamos dudando aún si merendar. El aire parece adquirir una pastosidad extraña que nos hace ver las cosas con contornos diferentes, como si diminutas partículas flotaran por el aire dejando un rastro casi imperceptible.
Sin embargo, y he ahí la paradoja, en diciembre, como si la naturaleza temiera dejarnos sin esperanzas, aparecen ya destellos del verano. Días luminosos que nos hacen creer que el sol es el foco de un gigantesco plató cinematográfico, presente sólo en el cielo para que nuestros ojos queden cegados en algún momento y sepan que la oscuridad no es un hecho definitivo. En diciembre, cuando aún no ha llegado el invierno, ya se nos anuncia el verano.
El día del solsticio de invierno cae en diciembre. Es el momento en que la naturaleza (o Dios, según prefiramos) hace un recordatorio o tal vez firma un pacto con los hombres. Los días comienzan a hacerse más largos, parecen decirnos, y la constante disminución de las horas de luz de los últimos meses se detiene. La noche, nos dicen, no es eterna.
Diciembre es como la vida.












demasiao | Martes, 17 de Diciembre de 2013 a las 15:07:55 horas
creo que te has ganao un sillon junto a almudena grandes en el tirapu
Accede para votar (0) (0) Accede para responder