La Hermandad de Nuestra Señora del Rosario Coronada iniciaba ayer viernes los cultos que en honor a la patrona se van a celebrar en esta semana previa antes del día de su festividad. Como siempre, es el pregón del Rosario el que inicia esta cuenta atrás resaltando el amor cofrade que muchos roteños profesan a la virgen.

A ocho días de su salida procesional, anoche, en la parroquia de Nuestra Señora de la O, la alcaldesa perpetua de la villa centraba todas las miradas con el traslado desde su capilla al Altar Mayor donde permanecerá hasta el 7 de octubre por la tarde, hora en la que la patrona saldrá a recorrer las calles de la localidad cerrando así la programación de actividades previstas en su honor.

Tras la celebración de la misa de ocho, el capataz Manuel García y su grupo de contraguías compuesto por Paco Muñoz, Jose Manuel Florido, José Sánchez Alcedo y Ramón Peña, fueron los encargados de tomar el paso de la virgen e iniciar el traslado. Un acto presidido por el hermano mayor del Rosario, Juan Antonio Díaz Romero, por el nuevo cura párroco de la O, Idelfonso González Pérez, el presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Gregorio Sánchez, el delegado de Cultura, Antonio Izquierdo, y la alcaldesa de Rota, Eva Corrales, que por primera vez estuvieron sentados durante el acto a los pies de la patrona y no en la primera bancada como es habitual. Entre ellos, el pregonero, José Sánchez Durán, más conocido como Pepe Ramos, que en pocos minutos, tras el traslado de la patrona, comenzaría su oratoria.

En poco más de 20 minutos, Nuestra Señora del Rosario cargada por su cuadrilla de costaleros ya ocupaba el lugar central de la Parroquia Mayor de Rota hasta donde fue acompañada por los acordes musicales que interpretaba la banda municipal de música "Maestro Enrique Galán", fieles a esta cita.

Sobre las nueve de la noche, comenzaba el acto del LXVI Pregón del Rosario que estuvo presentado por José Manuel Bernal Márquez quien dio la bienvenida a los asistentes, entre los que se encontraban las autoridades civiles y militares así como representantes de las distintas hermandades de penitencia y gloria de la villa, aunque hay que destacar que no hubo una presencia numerosa, ya que si bien durante el traslado de la patrona la parroquia estaba llena, con el inicio del acto del pregón, quedó algo más vacía. 

Tomaba la palabra el presentador del pregonero, José Manuel Caballero Márquez, quien entre versos y prosa presentó el mes de octubre como el escenario de un teatro donde el telón se abre para presentar su mejor cara, la de una Rota mayeta que se prepara para vivir sus fiestas patronales.  Sin olvidar mencionar costumbres de antaño, sin perder tradiciones pese al paso del tiempo y con la ilusión puesta en el 7 de octubre, el presentador del pregonero fue destacando lo mejor del Rosario. Un Rosario al que su amigo cofrade y compadre, José Sánchez Durán, pregonaría en pocos minutos, justo después de dedicarle palabras de aliento y de cariño.

José Manuel Caballero hizo un repaso por la vida del pregonero que aunque nació en Sevilla ha pasado su vida en Rota. Reconocido cofrade, fundador de hermandades como la de la Salud o los Dolores, cuenta además con el honor de haber sido el pregonero de la Semana Santa roteña en 1975. También ha pregonado a San Isidro Labrador, al Rocío y las Glorias de María y en todo ello, decía su presentador, ha puesto su corazón y sentimiento cofrade. Amante de la palabra, versátil, colaborador en varias publicaciones cofradieras y medios de comunicación, contertulio y hasta autor de varios libros, vestidor de vírgenes, prioste y capataz, el pregonero cuenta con una indudable trayectoria unida al mundo religioso.  Por eso, decía su amigo presentador, "nadie mejor que él para exaltar a la virgen".

Con palabras de ánimo subía al atril José Sánchez Durán que antes de iniciar su oratoria lanzó a la patrona una petición personal en forma de plegaria. Agradecido al hermano mayor del Rosario por la elección de su persona para este honor, y dedicándole a su mujer y compañera, hijos y nietos su pregón, comenzaba el pregonero  a desgranar sentimientos cofradieros. Pepe Ramos, como muchos lo conocen, reconoció llevar tiempo queriendo ser pregonero de su patrona y ayer, vio un sueño cumplido. Adelantó que sus palabras estaban sacadas del corazón y por ello se atrevía a pronunciarlo.

Con un tono muy pausado, tranquilo y sin grandes aspavientos, José Sánchez Durán lanzaba piropos a la virgen en su advocación de Rosario. En su alocución recordó aquella fecha histórica para la hermandad cuando en 2003 se celebró la coronación canónica de la patrona, llovía a mares las horas previas, y el ayer pregonero, era entonces secretario de la comisión organizadora. Supo que la salida del sol a las pocas horas del inicio del acto fue puro milagro y así quiso reconocerlo anoche. En su pregón no olvidó las virtudes de la Madre de Dios, su humanidad y capacidad de perdón, un tema que le sirvió para enlazar con el modo en que en Andalucía se vive la fe. Besamanos, procesiones y cultos se suceden a lo largo del año, y para Rota, decía el pregonero, nada como octubre, el mes del Rosario. 

José Sánchez Durán rememoró las horas previas que se viven antes de la salida de la patrona, los nervios, la ilusión y el sentimiento de cada año y con el firme propósito de recoger las plegarias de sus ciudadanos. La virgen sale a la calle para eso cada 7 de octubre, aseguraba el orador.

El pregonero tuvo palabras para pregoneros "rosarieros" que le han precedido, también para roteños que han sido especiales para la hermandad y sobre todo, agradecimiento a los que día a día trabajan por mantener las tradiciones y recuperarlas.  Tras hablar del significado de pregonar y recordar cómo los viejos mayetos vivían estas fiestas patronales, lo que le dio la oportunidad de hablar de costumbres muy arraigadas, el pregonero fue enfilando el final de su oratoria agradeciendo al respetable su asistencia y pidiendo a su virgen del Rosario por su pueblo y su familia. 

Tras unos  30 minutos de pregón y con los acordes del himno del Rosario y nacional, concluía el primer acto religioso que inicia la cuenta atrás para la salida de la patrona por las calles de la villa.