¿NO HAY ALTERNATIVA?



 
Los defensores del neoliberalismo han inculcado la idea de que no hay alternativas posibles a los problemas económicos y a la crisis financiera que han introducido en nuestras vidas. Pero hay que preguntarse qué, si cuando sostienen con tanta rotundidad esta idea,  están convencidos de lo que están diciendo o simplemente se trata de una estrategia para convencer al personal.

La diferencia entre la manera de responder la ciudadanía a la presente crisis del capitalismo y otras anteriores que se han producido a lo largo del siglo XX es que en esta ocasión el personal está más informado. Los poderes económicos no pueden controlar el esparcimiento de las ideas a través de los medios tecnológicos actuales. Podrán manejar y manipular las informaciones a través de los medios tradicionales ( televisión, prensa escrita, radio...), pero no pueden poner cortinas a Internet. Bueno. , al menos de momento.

Por eso, “llevar la contraria al neoliberalismo” hoy resulta más fácil que anteayer. Por eso, surgen movimientos ciudadanos como el 15M que reclaman mayor transparencia en la Política y también mayor participación. Aunque, los poderes conservadores ( el neoliberalismo económico y los partidos políticos que lo sustentan) se empeñan de una manera tenaz en mantener a la ciudadanía en la ignorancia, ésta, afortunadamente, cada vez está mejor formada para mantener una acción crítica en contra de los que quieren arrebatarles sus derechos. Y no, no se conforma con las recetas neoliberales, ni se resigna ante el Poder Económico.

Pongamos como ejemplo la “receta” que los neoliberales están aplicando para que los Estados “salgan” de esta crisis financiera. La principal de todas es dejar a los distintos Estados “sujetos” al Poder Económico a través de la intervención sobre ellos. Muchos dirán que nuestro país no ha sido intervenido. Bueno, es una manera de denominar la intervención, negarla. Digamos entonces que España no está intervenida pero sí que está endeudada hasta unos límites desconocidos hasta ahora. No hace falta ser licenciado en ciencias económicas para saber que los ingresos del Estado son principalmente a través de los distintos impuestos. Como todos sabemos, los principales son el Impuesto Sobre la Renta de las Personas Físicas ( el IRPF), el Impuesto Sobre Sociedades ( aplicado a las empresas) y el IVA ( ligado al consumo), como todos sabemos. Pero en la recesión económica que estamos viviendo, estos ingresos han disminuido, mientras que el paquete mayoritario de gastos ha ido creciendo. Los gastos han aumentado, sobre todo, por la ayuda a los bancos.

Esta disminución de ingresos y este aumento de los gastos llevan a la necesidad de endeudamiento público. Esto es, España tiene que pedir dinero prestado a los bancos. A veces, curiosamente, a los propios bancos que anteriormente el propio Estado “ha curado”.
Pero, el sistema neoliberal corre por estos derroteros, el dinero que los bancos nos prestan ( a España, a Grecia, a Portugal, a irlanda) lo “compran”, a su vez, al Banco Central Europeo. Y lo adquieren a un porcentaje muy bajo, en torno al uno por ciento, mientras que, ese mismo dinero, “lo venden” a los Estados por encima del 5%.

¿No sería lógico que fuese el propio Banco Central Europeo quien prestase directamente a los Estados el dinero que necesitan para su financiación? Sería lógico y razonable. Pero, ¡ay!, entonces estaríamos hablando de una Banca Pública Europea, y esa idea atenta directamente contra los cimientos del sistema capitalista neoliberal.

Más arriba hablaba de los ingresos del Estado. Han disminuido porque las políticas económicas puestas en practica no son las correctas. Si el Estado congela los salarios de los funcionarios públicos, por ejemplo, el IRPF bajará, con lo cual los ingresos por este concepto también habrán mermado. Pero es más, si congela los salarios de los funcionarios públicos, el consumo se resentirá, con lo cual, los ingresos por IVA también disminuirán. Y la congelación de los salarios de los funcionarios es sólo un ejemplo en el actual panorama de las medidas de ajustes y recortes que la poderosa Alemania ha impuesto al resto de países dela Unión Europea.

El objetivo principal del neoliberalismo es el equilibrio de las Cuentas Públicas. La idea puede ser aceptable. Es más, no se puede gastar sin ton ni son porque podría suponer la bancarrota de cualquier Estado. Pero, para equilibrar las cuentas no es necesario recortar sólo en el gasto público ( ya saben, en educación, en sanidad, en pensiones, en dependencia, en inversiones públicas...), habrá que aumentar además los ingresos. ¿Cómo? Incrementando, en lugar de reducir, la actividad económica. Creando empleo en el sector público, en todas las vertientes del sector público. A mayor empleo, mayor consumo y mayor porcentaje de impuestos que vuelven a las arcas de la Hacienda Pública. La mayoría de los ingresos provienen de la imposición sobre el trabajo. Pero, aumentando también las rentas del capital. El Estado tiene que buscar mayores ingresos incrementando los impuestos directos, los que afectan a la clase más adinerada. El Estado tiene que buscar mayores ingresos persiguiendo el fraude fiscal. Es increíble la idea de pedir mayor esfuerzo fiscal a la clase trabajadora, si encima es la más castigada con la política de recortes. Por eso hay que preguntarse: ¿no hay alternativas? Claro que sí. Se trata de aplicar otra Política Económica