Calle Charco, con Antonio Franco
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AMERICANOS, OS RECIBIMOS CON ALEGRÍA
No sé si han visto la película del director Luís García Berlanga, “Bienvenido, Mister Marshall”. Se le considera una obra de arte dentro del cine español. La película es de 1952 y evitó la censura de la época por el ingenio y la inteligencia de un guión genialmente diseñado. En aquella época había que ser más listo que el hambre para poder pasar el filtro del censor. Y muy valiente, también.
Antes que de la película habría que resumir, aunque sea muy brevemente, esto es, hacer un resumen de un resumen, de lo que era aquello del Plan Marshall. Pues bien, al acabar la Segunda Guerra Mundial, con una Europa desolada, no sólo por los destrozos de la Guerra, sino también en el campo de la Economía ( la población europea de los años cuarenta y siete, cuarenta y ocho pasaba hambre por los estragos del conflicto bélico), el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Sr. Marshall, propuso al Senado americano un plan económico de ayuda a los países europeos para recuperarlos. El Plan incluía a todos los países europeos, incluidos los que habían quedado bajo el paraguas de la Unión Soviética. Por razones ideológicas, estratégicas y políticas, los países europeos orientales no se adhirieron al Plan Marshall. Para estos países, la Unión Soviética creó su propio plan económico de ayuda.
Nuestro país, aunque no había participado en la Segunda Guerra Mundial de forma directa, no fue incluido en el Plan Marshall, debido al apoyo del gobierno de Franco a las fuerzas de Hitler y de Musolini, a los nazis y a los fascistas italianos que habían ayudado, anteriormente, al General Franco en su levantamiento contra la República.
Y en ese contexto “se mueve” la película “Bienvenido, Mister Marshall”.
La sinopsis de la película es la siguiente:
“Villar del Río está pendiente de la actuación de Carmen Vargas, la gran estrella andaluza. El apacible pueblo está regentado por un alcalde sordo, pícaro y bonachón, que sólo busca dar vida al lugar. Por esas mismas fechas se recibe la noticia del paso de altas personalidades norteamericanas, que facilitarán ayuda económica al país. El alcalde no sabe que hacer. Interviene con sorprendentes iniciativas el representante de Carmen Vargas. La idea es disfrazar a todos los campesinos de andaluces y ambientar las calles con decorados típicos. Todos se ponen manos a la obra, ya que los americanos vendrán cargados de dólares. Cuando la comitiva se acerca todo el mundo asiste perplejo al tránsito de la misma”.
En realidad, los americanos ni se paran en el pueblo. Simplemente pasaron de largo. Supongo que llegarían a leer la gran pancarta a la entrada del pueblo que, con letras enormes, decía WELCOME.
Una parte de la letra de la canción de la película que escribe uno de los personajes protagonista (el representado por Manolo Morán), les sonará. El pueblo de Villar del Río cantaba:
“Americanos, vienen a España gordos y sanos,
viva el tronío de ese gran pueblo con poderío.
Olé Virginia, y Michigan, y viva Texas,
que no está mal.
Os recibimos, americanos, con alegría,
olé mi madre, olé mi suegra y olé mi tía”.
Aunque el Plan Marshall no contempló ayudas para España, ya sabemos que, años después, a mediados de los cincuenta (algunos años después de la película), se llegó a acuerdos con nuestro país para la instalación de bases militares norteamericanas.
Se podría escribir un guión para la segunda parte de “Bienvenido Mister Marshall”, que no necesitaría esta vez acudir al ingenio para cruzar el tribunal de la censura. Así, los ciudadanos de Villar del Río verían satisfechos aquellos sueños de la película original.
Villar del Río está pendiente de que los americanos instalen en su término municipal sus últimos avances en armas de defensa: un escudo antimisiles.
Para intentar que la población americana venidera deje sus dólares en el pueblo, y no en la vecina Villar del Campo, el alcalde (que sigue siendo sordo y pícaro, pero esta vez no es tan bonachón) ha ideado reunir a un comité de sabios del pueblo para llevar la iniciativa.
La primera conclusión a la que han llegado es la de acomodar las viviendas para que puedan ser alquiladas por la futura población norteamericana. Manos a la obra. Todo aquel que esté dispuesto a alquilar su vivienda tendrá que someterse a una adaptación de las mismas.
Otra propuesta, para que los futuros vecinos se queden y consuman en Villar del Río en lugar de marcharse a Villar del Campo, hay que hacer buena publicidad de las delicias del lugar. “Un poco de peloteo tampoco viene mal”, comenta un miembro de las fuerzas vivas de Villar del Río. Así, se nombra a la Embajada de los Estados Unidos de América, Hija Adoptiva y a su vez, Predilecta, de Villar del Río, por su bien hacer con el pueblo.
La idea de la primera película, eso de WELCOME, les ha parecido bien a todos mantenerla.
Por último, se ha aprobado por unanimidad, repartir octavillas con la canción de la película, para que todo el pueblo la aprenda y, el que quiera, además, la cante.
Salud.












porreta | Miércoles, 22 de Mayo de 2013 a las 16:53:22 horas
definitivamente esto es un ensayo de la gilipollez humana, antonio eres ........
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