RENUNTIATIO, RENUNTIATIONIS


 
 

La maté porque era mía fue el título de una brutal canción del grupo Platero y tú, hace ya algunos años. La letra reflejaba lo que se puede hacer cuando se tiene poder sobre algo que alguien cree que le pertenece. Una cucada de canción. Por mi parte, espero que Eva y Lorenzo no sean fans de la música macarra y no apliquen esa máxima al ayuntamiento, porque ha llegado el momento de hacer verdad todos los cantos de amor a Rota que se pronuncian durante las campañas electorales. Si de verdad quieren a Rota, que dimitan.

El número de embolados que tienen en los tribunales de justicia resulta a todas luces excesivo. Uno se tolera, dos se sufren, tres rebasan el cupo del político medio español. Y léase bien, no hablamos de si Eva y Lorenzo son inocentes o son culpables o son socios del Rayo Vallecano (esto último, dicho sea sin segundas), hablamos de que tienen que dimitir.

Porque Eva y Lorenzo no son superman y superwoman (quiero decir, Eva superwoman y Lorenzo superman). Ninguna persona humana, aunque sea nacida en Rota y alimentada con arranque y urta a taquitos, resiste semejante presión. Me resulta imposible pensar que en el ayuntamiento se puedan dedicar a otra cosa sino a preparar estrategias en los juzgados. Con el espadón que pende sobre sus cabezas, no creo que puedan plantearse gobernar un pueblo, no imagino que se dediquen a sentar las condiciones que mejoren el futuro de la villa, no veo como pueden dirigir sus esfuerzos a algo más que a hablar con abogados.

La vida del imputado (imagino) es dura. Desde luego no soy de los que se alegran porque empapelen a nadie ni disfruta políticamente con el mal ajeno. Y aunque Eva y Lorenzo pongan buena cara, supongo que la procesión va por dentro (lo de procesión va también sin segundas). Y la dimisión no creo que fuera buena sólo para Rota, sino también para ellos (y, políticamente, para sus partidos). A partir de ahora Evalorenzo sólo pueden esperar más denuncias o imputaciones: ya sabemos cómo son estas cosas, que juzgado llama a juzgado, y que aquellos que antes quemaban incienso al paso de Evalorenzo, aprovecharán ahora los malos días para sembrar el campo de minas.

Personalmente y como digo a menudo, Lorenzo me cae bien (a Eva Corrales la conozco poco) y preferiría evitar ciertos espectáculos que huelo se avecinan. Por ello, y por el bien de Rota, dimisión. Y para que quede más claro, en latín: renuntiatio, renuntiationis.