El 4 de febrero de 1992, el militar Hugo Chávez dio un golpe de estado en Venezuela usando las fuerzas armadas, dicho golpe fracasó al igual que el que intentara Adolf Hitler en Alemania en 1923, ambas “personalidades” llegarían al poder mediante las urnas años después.

Venezuela es un país que vive y ha vivido en un estado de temor y manipulación sin límites, comparable a las más duras dictaduras. Los medios de comunicación estaban y están tomados por completo por el Gobierno chavista que, no conforme con controlar lo que se emite en las televisiones y medios de comunicación, tenía un programa semanal en el que el mismo Hugo Chávez hablaba de lo que le venía en gana, sin el más mínimo respeto y usando el insulto y el odio como principal argumento.

Además de asco, da mucho miedo ver como poderes judiciales y militares salen en televisión, puño en alto, alabando la figura del Presidente Chávez y abandonando de esta forma todo tipo de neutralidad.

Como español y demócrata jamás podré perdonarle que su Gobierno diera cobijo en Venezuela a terroristas de ETA y se negaran a entregarlos a nuestro país para que pagaran por sus crímenes.

En el ámbito político, los líderes que han tenido la valentía de enfrentarse en unas urnas a Hugo Chávez han acabado o huyendo del país o encarcelados. Las campañas de difamación, insultos, mentiras, vejaciones e incluso el uso de las fuerzas policiales para amedrentar a los que no piensan como él no ha tenido límites. Cabe destacar al último candidato que se enfrentó a Chávez por la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, que por parte de los medios de comunicación controlados por el Gobierno lo acusaron de manera infundada de prostitución, de drogadicto, e incluso entraron en su vida privada acusándolo de homosexual, hecho este que aquí no sería un insulto pero que en Venezuela no está bien visto, es más, Hugo Chávez ya había hecho pública su oposición al reconocimiento de derechos civiles por parte de los colectivos gays.

Sabiendo que era un profundo creyente, militar, machista y homófobo, ¿Qué hace la izquierda radical en España rindiéndole homenajes? ¿Qué hacen partidos “democráticos” como Izquierda Unida o el Partido Comunista de España convocando concentraciones para honrar su memoria? La excusa de que luchó contra la pobreza y contra el capitalismo no me valen, también en España tuvimos un gallego que hizo pantanos e instauró la seguridad social universal, y eso nunca podrá justificar la falta de libertades, la represión y el terror que entonces se vivía.

Este afán por la rancia izquierda española, esa izquierda del “puñito en alto” de defender unos dictadores sí y otros no dependiendo de su color político, esa izquierda radical debe democratizarse o desaparecer. Un partido político que defiende y justifica dictaduras y dictadores no debe tener cabida en nuestro sistema constitucional.


Permítanme que no derrame ni una lágrima por la muerte de este dictador.


Hugo Cañellas Ávila