LA INDIGNA CORRUPCIÓN



   
“Rajoy no tiene vergüenza ni perdón de dios”. “Los que dicen que van a salvar a España, los que quitan las urgencias y bajan los sueldos, se están llevando el dinero crudo”. Estas sentencias entre comillas las pronunció José Luís Peñas, un ex concejal del Partido Popular en Majadahonda, una población de Madrid. Salieron en el diario Público el pasado 1 de febrero.
Él fue quién destapó con su denuncia el caso Gürtel en el 2007.
 
Si ya hace seis años se pronunció al respecto del caso de corrupción que suponía el entramado de Gürtel, ahora vuelve a recordar que ya avisó de la situación que se estaba generando y que nadie le hizo el menor caso. Al parecer, los tentáculos de la trama Gürtel se extienden hasta ahora, a lo que se denomina el caso Bárcenas.
Nadie le ha denunciado por sus afirmaciones. Tampoco le han entrevistado en el primer canal de la Televisión Pública.

Los dirigentes del Partido Popular prefieren dejarle de lado y centrarse en las denuncias de otros periódicos de tirada nacional como son El País y El Mundo. José Luís Peñas puede ser un incordio, lo es, y más ahora con la que está cayendo, digo yo que pensarán en el PP.

Flaco favor hacen estas deplorables acciones a la Política y, por ende a los políticos. Aunque personajes como José Luís Peña demuestran que no todos los políticos son iguales. También Eduardo Junquera, concejal del PP en Gijón, que ha presentado su dimisión hasta que los dirigentes de su partido no aclaren las denuncias del ex tesorero del PP. Se han dado otros casos durante estos días. No, en Rota, no. En otras poblaciones.

La ciudadanía está indignada. Ya lo estaba desde hacía tiempo. Pero la indignación gana enteros a medida que se van conociendo nuevos casos de corrupciones políticas. No cuadran moralmente los ajustes y los recortes con la corrupción. Tampoco encaja la cifra de parados con las supuestas financiaciones irregulares del PP. Ni muchísimo menos la denuncia de cobros en sobres B a altos dirigentes del PP mientras que cada vez familias se ven abocadas a los desahucios.

En medio de todo este terremoto de noticias que apuntan a actividades ilegales e inmorales por parte de un grupo de destacados políticos, nos enteramos de la noticia de que “el Gobierno indulta a la madre que pagó comida y pañales con una tarjeta de crédito ajena”. No era de esperar menos. Sobre todo porque la petición de pena era de más de un año por el delito cometido. Porque  esta mujer lo que se había gastado con la tarjeta que se encontró no llegaba a los doscientos euros.

Y es que aquí no hay término medio. Aquí te pillan vendiendo erizos para ganarte unos euros porque estás parado, o mariscando unos pulpos en los corrales…y te pueden meter un puro, que si estas cobrando la ayuda familiar de los 400 euros, casi prefieres que te lleven preso a que te hagan pagar una multa. Pero, ¡ay!, si descubres, un suponer, que un político ha usado el dinero público para hacer un gasto desmesurado, entonces, “espera que te lo explico”.

Los dirigentes del Partido Popular han expresado públicamente que se van a querellar contra los periódicos que han publicado los datos de la financiación irregular de algunos de sus dirigentes y del propio PP. No hacerlo sería admitir su culpabilidad. Por lo tanto, la reacción de ir a los tribunales de Justicia es de lo más normal.

Pero si se descubriera que todas las acusaciones son verdaderas, también sería normal que dimitieran y convocasen nuevas elecciones.

De momento se escudan en que se trata de una maniobra para desprestigiar al partido que está gobernando.
Es una práctica habitual.

Si se denuncia cualquier acción irregular del partido gobernante, ya sea a nivel local, autonómico o estatal, el acusado siempre sale con el sonsonete del desprestigio.
En realidad, los que desprestigian al arte de la Política son ellos.
Suelen usar también como materia de su propia defensa expresiones como “yo no vivo de la Política” o “en mi vida privada ganaba más dinero que en la Política”. Pero no es difícil encontrar personajes que se han dedicado a la “res pública” que acaban teniendo más patrimonio y riquezas que cuando entraron. La mayoría de las veces escondidas estas haciendas en negocios que se han servido del cargo público para remontar sus activos.
Y la ciudadanía se indigna cada vez más.
La Democracia está en peligro por culpa de estos mafiosos personajes.

Dicen que estas acusaciones desprestigian a España. Puede ser. Pero el mayor desprestigio para nuestro país sería constatar que son ciertas, que se fundamentan en verdades.
Si las acusaciones de José Luís Peñas, que le costaron el cargo de concejal y la baja de militancia en su partido, son verdaderas, la cosa se pone fea.

Y ahí que volver a recordar que nadie le ha denunciado por decir y afirmar lo que ha dicho y afirmado. Y este hecho da que pensar.

Al menos parece que la Justicia sí funciona en este país. Aunque a veces no compartamos los veredictos. Confiemos en que se haga la luz en todo este asunto y que, como dijo Cospedal, que cada palo aguante su vela. Parece que hay demasiados palos. Esperemos que haya también  velas para todos.
Salud.