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Miércoles, 30 de Enero de 2013

El fin del trabajo

Entre la sarta de golfadas con que nos ha premiado la semana, léase PP, caso Bárcenas; CiU, caso Pallerols; PSOE, caso Mulas, Presidente de la Fundación; han surgido otras noticias muchísimo más importantes como para tener que seguir hurgando entre la basura.

Una, a la que no le voy a dedicar mucho, pero que me parece muy gratificante, por las pocas alegrías que se lleva este país, ha sido la consecución del campeonato del mundo por parte del equipo nacional de balonmano. No voy a caer en el tópico de “Pan et Circenses”. Que nos guste que pasen cosas como esta, no reduce ni un ápice la preocupación por temas de mucho mayor calado.

Si ahora ya pasó la buena noticia, no queda más remedio que meter mano a la mala. Por cierto, más que mala es horrorosa. La Encuesta de Población Activa nos viene a cuantificar lo que aumenta la desgracia en este desdichado país: 5.965.400 personas en este país carecen de empleo, 691.700 más que en el 2012. Cerca de seis millones de sueldos que no se convierten en comida para las familias, en ropas, en calefacción, en pago de viviendas, en pago de una sanidad que antes era gratis, en pago de unos costes escolares que antes eran menores gracias a las becas y ayudas que se han suprimido, en atención a los mayores, que curiosamente ahora son ellos quienes atienden a muchas de estas personas desempleadas, en pago de unos servicios a personas dependientes que han visto recortadas, y en muchos casos suprimidas, las ayudas que recibían y que les son imprescindibles, en tener un ratito tranquilo para tomar una cerveza con las amistades, o en comprar una chuchería a las criaturas, o en educarte, o en divertirte, que también es necesario para la salud mental de aquellos que tanto padecen, y que con todo ello, permiten que otras puedan seguir trabajando y generando algo de riqueza. Pero todo esto se acaba, ¿Quién se lo va a poder permitir?

Eso sí, nadie se va a cuestionar la política que estamos llevando, nadie quiere decir entre los gobernantes y sus ciegos discípulos, que no entre la gente de la calle que cada vez está más harta. Ahora parece que se vuelve a sacar a la palestra la idea de un pacto que si se firma entre la oposición y el gobierno, tendrá como objeto dar tranquilidad a los mercados. Pues mire usted que bien, les damos todo el dinero y ahora les daremos tranquilidad, ¿Se puede saber por qué no dan el dinero y la tranquilidad a esos cerca de seis millones de parados? Lo único que tienen que hacer es crear las condiciones necesarias para que se invierta y se creen puestos de trabajo.

Ahora trataremos de aterrizar del viaje más airado que es donde te lleva tanta injusticia y pongamos los pies en el suelo. Si, como dicen, esto no tiene vuelta de hoja (Aquí confesaré que lo que voy a poner se debe a la inestimable ayuda que me envió un amigo sobre el tema, conocido de todos aquellos que se interesan en temas actuales en nuestra prensa), habrá que buscarle una solución, que se me antoja la última razonable llegados a este punto. Si nos ponemos a analizar cuál ha sido la causa fundamental de la caída del empleo, aparte de hechos coyunturales, aunque gravísimos como pueda haber sido la burbuja inmobiliaria, observamos como un factor determinante la incorporación de la tecnología moderna, aquella que creíamos que nos iba a hacer más fácil nuestro trabajo y lo que nos ha traído ha sido la sustitución de la mano de obra por la robotización, con el agravante de que al no necesitar al trabajador se prescinde de él, y para éste no haya más salida que el desastre que estamos viviendo. Si lo que estamos sufriendo ha sido una prueba para mostrarnos que tenemos que vivir con menos, que paren que ya lo hemos aprendido. Creo, y mira que me ha costado aceptarlo, que la única solución pasa por repartir el poco trabajo que hay entre todos (Es la idea fundamental de “El Fin del Trabajo”de Jeremy Rifkin). No soñaré pidiendo que mantengan los sueldos que teníamos y reduciendo las horas de trabajo, todos tenemos que perder algo para que ganen quienes no tienen nada. El resto, ya saben, optimizar recursos, acabar con los ladrones, con los corruptos, con los tramposos, con los evasores, con los defraudadores, … y si no es así, vuelvan a leerse la carta de la semana anterior, que allí hay otra solución más gratificante para quienes están más que hartos.



Manuel García Mata



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  • Hermano Lobo

    Hermano Lobo | Domingo, 03 de Febrero de 2013 a las 16:38:12 horas

    Nunca he estado más de acuerdo con algo que como con la última parte de su artículo. Buen artículo.

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  • Tu mismo

    Tu mismo | Jueves, 31 de Enero de 2013 a las 14:36:28 horas

    Para Juan Manuel, Tambien yo estoy de acuerdo con el artículo del Sr. Garcia, sobre todo en el final de su escrito, y no tanto con el que Ud. hace, sobre todo con esa frase tan fea y mal sonante que has empleado, pues una persona educada y con buen gusto jamás la utilizaria.

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  • Juan Manuel

    Juan Manuel | Miércoles, 30 de Enero de 2013 a las 20:11:02 horas

    Manuel, muy bueno su articulo. Para Curioso le digo, que escuché a un politico de alto rango que el derecho a la vivienda y al trabajo lo recoje la Constitución como metáfora, pero que era imposible de llevarlo a cabo. ¿Qué piensan de ésa frase? es para eso, para cag.. y no tener con qué limpiarse. Salud.

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  • Curioso, Salud

    Curioso, Salud | Miércoles, 30 de Enero de 2013 a las 16:59:41 horas

    Podríamos estar mucho mejor con un sistema de reparto mas justo y equilibrado. Garantizar un mínimo a las familias es un derecho que se pasa por el “forro de sus caprichos” nuestra grey política, aunque a ellos no les falta de nada. De hecho la política se ha convertido un una profesión y una salida para algunos, lo que lleva el servilismo que se ven en los partidos. Tenemos derecho a una vivienda y no se cumple. Tenemos derecho a una sanidad que quieren recortar. Tenemos derecho a una educación que sigue el camino de la sanidad. Y tenemos derecho a un trabajo que nos dé la libertad y nos lo ningunean, creando angustia a millones de familias. Y todo ello dentro del sistema económico capitalista que nos engaña constantemente con sus medios de comunicación, con sus planteamientos de que todos podemos ser rico y a lo mas que llegamos es a comprar una casa que cuesta veinte o treinta años pagarla, un coche y sobrevivir. O nos dicen que van a crear algunas decenas de puestos de trabajo y nos sale la vena xenófoba, que es lo que quieren, que nos peleemos por sus migajas. Y lo peor de todo esto es que está en nuestras manos cambiarlo cada cuatro años y seguimos votando a toda es pléyade de incompetentes, con sus corrupciones y sus peleas con el “… y tú mas” mientras nos ahogan los problemas del paro, vivienda, educación, sanidad,…. y seguiremos siendo el burro que sigue tropezando en la misma piedra una y otra vez. ¿Hasta cuando?. Dios dirá, dijo el ateo. Salud.

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