Calle Charco, con Antonio Franco
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DIMITIR
El verbo dimitir tiene varias acepciones. Aunque todos sus significados puedan parecer lo mismo, el sentido cambia según el sujeto que utilice la dimisión. Me explico. Dimitir es, por una parte, renunciar, irse, retirarse,…En esta significación, la dimisión se convierte en un acto que parte del propio individuo. Es decir, un político, por ejemplo, presenta su dimisión porque asume las consecuencias de una situación negativa que tiene que ver con la materia que él representa. De este modo, el político en cuestión se responsabiliza de una realidad, dejando libre de cargos a sus subordinados.
Por otra parte, dimitir también significa deponer, echar, expulsar, despedir,…Aquí el significado viene a ser todo lo contrario. Un político, por ejemplo, no admite una situación creada, echa balones fuera y responsabiliza a otros de lo ocurrido. En este caso, la dimisión se produce por “despido del Jefe”. “El Jefe” del político considera que alguien tiene que pagar las consecuencias de la situación originada y acaba “dimitiendo”, es decir, destituyendo, al político que está a cargo de dicho panorama.
Es muy común pedir dimisiones ante cualquier imprevisto. Pero si analizamos con detalle los dos significados del verbo que da título a este artículo, nos encontramos con que el primero (presentar la dimisión del cargo) presupone cierta catadura moral por parte del político. Por el contrario, si es el “Jefe” quién te depone, todo hace pensar que “el político cuestionado” ha resultado ser un completo incompetente. Claro que, cuando la dimisión es reclamada a gritos por la oposición “el Jefe” del individuo puede mantener a éste en su cargo, no por reconocer sus aptitudes, si no por no dar la razón a los opositores.
Podemos pedir dimisiones por cualquier situación, y, además, con todo el derecho del mundo. Así, si el paro sigue subiendo, “que dimita el Ministro de Trabajo”; si la crisis sigue paralizando nuestra Economía, “que dimita el Ministro de Economía y Hacienda”; si la vivienda sigue siendo inaccesible, “que dimita el Ministro(o la Ministra, no sé exactamente) de la Vivienda”;
que cada dos por tres se desprende una rama de cualquier árbol de cualquiera de nuestros parques sin motivos aparente, que dimita la concejala de parques y jardines…Y así hasta un largo etcétera de motivos por los que pedir la dimisión.
Otro de los motivos para pedir la dimisión de cargos políticos suele ser por sus imputaciones por parte de la Fiscalía. Es el hecho que ha ocurrido últimamente en nuestra localidad como todos sabemos y estamos enterados.
Como quiera que aquí uno de los imputados es el “Jefe” y éste no tiene ningún cargo superior que le pida la dimisión o lo deponga fulminantemente, pues no ha dimitido ni piensa dimitir. Es más, cuenta con el apoyo incondicional de su séquito. Lo cual es, por otra parte, totalmente respetable. Como igual de respetable y democrático resulta pedir su dimisión por parte de la oposición. El tiempo dirá y la Justicia dictaminará.
La otra imputada, la Señora Alcaldesa, también ha contado desde el primer momento con el apoyo de sus superiores. El tiempo dirá y la Justicia dictaminará igualmente.
De toda esta situación que se ha ido creando en un ambiente de crispación política se puede extraer diferentes conclusiones.
En el tiempo que llevo de concejal de Izquierda Unida he podido hacerme una ligera idea de por dónde discurre cada uno. He llegado a la conclusión que más que debate político lo que existe es un continuo enfrentamiento.
Enfrentamiento que viene de lejos.
Al margen de todas estas historias repetidas en cada Pleno y que ya aburren hasta a los propios contendientes, el equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento no puede presumir precisamente de transparencia en al gestión. Y no me estoy refiriendo al caso concreto de las imputaciones que, como he mencionado anteriormente, el tiempo dirá y la Justicia dictaminará. Estoy aludiendo a temas como las contrataciones a dedos, sin cumplir los principios de igualdad, mérito y capacidad, que se llevan a cabo. La lista de contratados es larga y, sin embargo, no aparece entre el personal de confianza designado en el plan de ajuste aprobado por ellos mismos.
Otro asunto es el de la información sobre los viajes oficiales llevados a cabo por el equipo de gobierno. Todavía esperamos, con una educada paciencia, información al respecto. Ante la insistencia nos indica un camino que no fue la vía solicitada desde el principio.
Todavía esperamos, con una educada paciencia, el análisis de las horas extras realizadas por parte de los funcionarios. Ha pasado más de un año y, ahora se nos indica un camino que tampoco fue la vía solicitada en un principio.
Pueden ser también motivos para pedir dimisiones. Pero, no. El tiempo dirá.
La Política sirve para solucionar problemas. A algunos les sirve para solucionar SUS PROBLEMAS, tener un empleo y mantener una vida “acomodada”. El tiempo dirá y la Justicia dictaminará. Espero que la Justicia Divina no ampare a embaucadores, mentirosos y tramposos y aplique sobre ellos una celestial dimisión.
Salud.
ANTONIO FRANCO GARCÍA












porreta | Viernes, 02 de Noviembre de 2012 a las 20:24:00 horas
para cuando vais a traer a el cabrero a la noche literaria?
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