Calle Charco, con Antonio Franco
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MANIPULACIÓN DE LA DEMOCRACIA
El artículo 20 de nuestra Constitución expresa textualmente el derecho a la Libertad de expresión en los siguientes términos:
“1. Se reconoce y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
Y más adelante, en su apartado 4, expresa:
“Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia”.
La pasada semana, leí los comentarios vertidos por Hugo Cañellas al respecto de la Noche de Literatura en la Calle del pasado 16 de agosto. Tal y como he indicado al comienzo de este artículo, las opiniones de Hugo Cañellas forman parte de la libertad de expresión recogida por nuestra Constitución, y, como tal, la respeto. ¡Faltaría más! Pero ello no quiere decir que las comparta.
“Expresar libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. Los símbolos entran dentro del conjunto de “otros medios de reproducción”. Y, dentro del mundo de los símbolos, la bandera. Y, dentro de la amalgama de banderas, la bandera de la República española, que, como recoge el artículo 1º del Título Preliminar de la Constitución de 1.931, está formada por tres franjas horizontales roja, amarilla y morada.
Antes de entrar en detalle sobre las consideraciones de Hugo Cañellas, tengo que decir que los símbolos adquieren su verdadero valor por lo que significan, porque están llenos de significado. De lo contrario sería un simple adorno y no tendría un valor de contenido sentimental, político, patriótico o de ninguna otra índole. Así, la cruz gamada se identifica con el nazismo, el aguilucho en la bandera española viene a significar la dictadura fascista en España, Hércules flanqueado por dos columnas agarrados a dos leones en un escudo triangular dividido en dos colores simétricos ( azul y amarillo) representa “la pasión amarilla” por el Cádiz C. F. etc., etc.
No sé si para todos los republicanos de este país, pero para mí, al menos, la bandera republicana viene a significar un concepto, IGUALDAD. Me explico. Mi hijo, o el suyo, querido lector/a de este artículo, nunca podrá optar a ser Jefe del Estado, porque este puesto, en una monarquía, es hereditario. No tenemos opción a elegir a nuestro Jefe del Estado en unas elecciones libres y democráticas. Además, el Jefe del estado es intocable. En una República, el Jefe del Estado no está por encima de la Ley.
No es que sea una cuestión que “me quite el sueño”, entiéndanme. Hay asuntos más escabrosos que resolver. A la ciudadanía le preocupa otros asuntos como la falta de trabajo, el recorte de sus derechos, los desahucios, la corrupción política…más que plantearse monarquía sí o no. Pero, en base al artículo 20 de nuestra Constitución, estoy en mi derecho a “ser o sentirme republicano”. Tengo que respetar la Constitución, pero puedo debatir sobre su contenido. Y debatir es un ejercicio sano y democrático.
Algunos consideran que todo lo que represente una opinión contraria a, según ellos, el sentir general, es una falta de respeto.
Expresaba el Sr. Cañellas al final de su artículo que los concejales de Izquierda Unida le debemos una disculpa al pueblo de Rota por no haber respetado la Ley.
Nosotros somos respetuosos con la Ley, no se confundan con las palabras vertidas. Si no lo hubiésemos sido, si hubiésemos infringido la Ley caería sobre nosotros el peso de ella. Lo que pasa es que “la Ley”, para el Sr. Cañellas es su pensamiento político, porque no ha aprendido, me parece, me da la impresión, a vivir plenamente en democracia, o no entiende lo que el concepto democracia significa.
Este político local, posiblemente, vería un delito no amar a España, como si el amor a la Patria fuera una obligación. Yo sólo veo delito en los terroristas que asesinan y destrozan familias por imponer sus ideales. No veo delito si alguien no se siente español y desea que su terruño deje de pertenecer al Estado español. Porque al expresar sus ideas está llevando a cabo el artículo 20 de nuestra Constitución.
Yo prometí en el Pleno de Investidura, cuando accedí a mi acta de concejal de nuestro Ayuntamiento, lealtad al Rey y respetar y hacer respetar la Constitución como norma fundamental del Estado. Y cumplo la promesa.
Más tarde, analizando nuestra Historia reciente, me di cuenta que ni siquiera el Jefe del Estado, esto es el Rey, había prometido o jurado fidelidad a nuestra Constitución, como lo había hecho yo. El Rey, recuerden, votó las Leyes Fundamentales del Movimiento.
Nadie de los que actuaron en la Noche Literaria pidió que retirásemos la enseña republicana. Supongo que la mayoría de los que subieron al escenario, si no todos, se consideran tricolores. Aunque, ya digo, todos respetemos la Constitución y al Jefe del Estado.
La Noche de Literatura en la Calle es, ante todo y sobre todo, un acto cultural. Pero está lleno de connotaciones de ideas políticas de izquierda y, como tal, republicanas. Parece mentira que todavía haya gente que no lo hayan notado. En sus primeros años, la bandera republicana adornaba la mesa de los lectores. Después, no sé por qué, dejó de exponerse. En la edición de este año, algún compañero de nuestra agrupación política propuso volver a colocarla entre los colores de la bandera de Andalucía.
Y no pasa nada. Si alguien quiere sacar un debate de todo ello está en su derecho. Si alguien piensa que se está cometiendo una ilegalidad por ello, que lo denuncie. Y si alguien se molesta por contemplar la enseña tricolor, que no asista. Miguel Hernández, Rafael Alberti, Ángel González…todos los que han centrado la Noche de Literatura en la Calle en las distintas ediciones no han sido precisamente ni monárquicos ni de derechas, ni siquiera con ideas de centro político.
Para concluir, creo que ha quedado meridianamente claro que la bandera PRE-CONSTITUCIONAL, la de la República española de 1.931 tiene en la actualidad sentido para algunos españoles y sí está llena de contenido para esos algunos entre los que me incluyo.
Y me considero tan español como el que luce en la muñequera los colores rojo, amarillo y rojo de la bandera española.
Salud.
ANTONIO FRANCO GARCIA












AABB | Sábado, 08 de Septiembre de 2012 a las 19:19:03 horas
A Alberto Niño:
Personalmente me daría igual tener un estado republicano o monárquico. Esto lo tendrían que decir los españoles, en su momento, pero también digo una cosa: no crean que un estado republicano sería la solución a todos los males, ni mucho menos,. No hay nada más que ver como están Grecia, Portugal, Irlanda...paises republicanos.
A mi entender, habría que comenzar por elaborar una nueva Constitución, teniendo que poner a todas las fuerzas políticas de acuerdo ( como se hizo con la actual) y esto no sería nada sencilo, al contrario.
Tener un jefe de estado, que haría una labor parecida al rey, sería tan costoso o más que costear la monarquía, pero sí podría ser elegido por el pueblo. También debemos saber que en una República tendrían la misma opciones de gobernar tanto la izquierda como la derecha.
Estoy de acuerdo con la opinión que tienes al repecto de la asistencia de la alcaldesa al acto cultural de IU de la Merced. ¿Por qué te haces tantas preguntas sobre la bandera española? Cada uno cree en lo que cree... y hay que respetar para ser respetado.
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