MATEMÁTICAS, FÚTBOL Y CRISIS



 
La pasada semana, el Secretario de Estado de Administraciones Públicas anunciaba que el Gobierno suprimirá todas las mancomunidades existentes en nuestro país. Incluyendo las cinco mancomunidades configuradas en nuestra provincia, el Secretario de Administraciones Públicas citaba un total de 1.432 mancomunidades en todo el territorio nacional.

La noticia, por sí, no debería tener más eco, ni mayor importancia. Se trata de eliminar duplicidades en las administraciones y suprimir una serie de “gastos”. La labor de las mancomunidades será llevada a cabo por las Diputaciones provinciales.

¿Por qué destaco este anuncio del Gobierno de la Nación? La razón es que nada más leerlo recordé el pleno del día 21 de junio pasado. El último punto del orden del día trataba de aprobar el inicio del expediente de disolución de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, de la que nuestra población forma parte, dado la situación económica tan desastrosa y caótica a la que ha llegado la gestión de ésta. Trabajadores a los que se les adeuda más de ocho meses, talleres de empleo cuyos participantes no han cobrado, proveedores ( medianos y pequeños) asfixiados por la falta de liquidez debido a los débitos de la Mancomunidad  con ellos, etc., etc. Pues bien, en aquel punto, tanto Roteños Unidos como los concejales del PP votaron en contra de este inicio de expediente para su disolución. Ahora, por lo visto, será una norma estatal la que obligue a su desaparición. Me pregunto qué votarán ahora el grupo popular de la mancomunidad en cuestión.

Pero no fue sólo la cuestión de la supresión de las mancomunidades lo que el Gobierno de la Nación anunció ese mismo día. También comentó  el susodicho Secretario de Estado que a los municipios se les va a obligar a gastar sólo lo que ingresen, para evitar situaciones que han dado lugar al Plan de Ajuste, aprobado y aplicado hace unos meses.

Y uno se acuerda del empeño de este equipo de gobierno que nos gobierna en adquirir el inmueble que acogía el Museo Ruiz-Mateos de nuestra localidad y embarcar a nuestro Ayuntamiento en una operación financiera que, dado los tiempos que corre, vendría mejor para otras cuestiones.

¿Por qué ese afán, ese interés? Qué no nos vengan con que se trata de una oportunidad de que Rota disponga de un Museo. Qué no nos vengan con que se han convertido en unos defensores del arte. La situación económica no tiene visos de mejorar en lo que queda de legislatura. Tanto es así que, los pequeños proveedores, aún habiendo cobrado sus facturas gracias a la medida que obligaba por parte del gobierno a presentar un plan de ajuste, son reacios a la hora de servir y vender al Ayuntamiento para no caer otra vez en los mismos errores del pasado. Y tienen razón estas pequeñas y medianas empresas, porque si no se controla el gasto municipal, dentro de unos meses quizás necesitemos de otro plan de ajuste, con su correspondiente crédito por parte del Gobierno Central para volver a ponernos al día en el pago con nuestros proveedores.

En Rota, la aplicación del Plan de Ajuste ha supuesto un préstamo del Estado por valor de 16 millones de euros. Algunos dirán que comparado con otras poblaciones no está mal del todo. Pero, las comparaciones son interesadas. Así, comparadas con otras poblaciones de nuestro entorno, la cantidad que se debía a los proveedores municipales no era “moco de pavo”. Quizás suponga la mitad, o más, del presupuesto anual. Cuando se presente el nuevo presupuesto (algún día se presentara), nos daremos cuenta del detalle.

Ese préstamo de 16 millones de euros hay que devolverlo en diez años. Aunque no sean empleados  de ninguna entidad bancaria, no resulta demasiado difícil calcular cuál es la cantidad a amortizar anualmente. Otra cosa es sumar a esta amortización los intereses que todo préstamo conlleva. Porque el Estado no ha “regalado” nada. Ha obligado a las entidades locales a endeudarse más de lo que ya estaban. Eso sí, hay que aplaudir la medida porque de otra forma difícilmente los proveedores de los entes locales hubiesen cobrado en plazo y forma. De hecho, algunas pequeñas y medianas empresas se han visto obligadas a despedir a parte de su plantilla de trabajadores por esta circunstancia.

Ya han pasado unos días desde que nuestra selección de fútbol ganara la Eurocopa, y volvemos a la cruda realidad de las matemáticas políticos-económicas. Hoy por hoy somos la primera potencia futbolística del planeta, pero en términos económicos nuestra posición no es tan alta. ¡Ojala todo se solucionara con ser campeones de Europa!

Curiosamente, el comienzo de la crisis coincidió con la mejor etapa de la selección española dentro de la élite del fútbol mundial. En lo que llevamos de crisis, desde el 2.008 hasta hoy, en fútbol lo hemos ganado todo. En lo que llevamos de crisis, la situación se agrava cada día, y cada día salpica a más familias.

Ya sólo es de esperar que “nuestros campeones de la Roja”, tras las satisfacciones que nos han regalado, se sigan comportando como verdaderos patriotas y declaren en nuestro país la cantidad de las primas conseguidas. Que no digo yo que la donen, pero sí, al menos, que la parte correspondiente a nuestra Hacienda no se quede en la Hacienda polaca, por ser en Polonia la desgravación inferior a la de España.

Ese gesto no nos a sacar de la crisis, pero resultaría ejemplar. El haber conseguido la Eurocopa, tampoco nos saca de la crisis, pero no deja de ser una alegría.
Salud.



                                                                                                    ANTONIO FRANCO GARCÍA