Balsa Cirrito
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¿A QUÉ TEMPERATURA HIERVE EL CEREBRO?
Creo que el calor tiene propiedades nutritivas, aunque no estoy muy seguro de cuáles. Parece ser que el calor, o mejor dicho el sol, proporciona ciertas vitaminas (curiosamente, a mí, el sol, de manera indirecta, me aporta las vitaminas de la cerveza). (Supongo que la cerveza tendrá alguna). (Si no tiene, dejo de tomarla). (Mentira). De lo que creo que no se habla mucho es de las propiedades históricas del calor.
Nosotros, andaluces de los años del calentamiento global, no terminamos de apreciarlo demasiado: estamos habituados a las altas temperaturas. Sólo percibimos que el horizonte humea, que las imágenes se deforman como si las miráramos con un cristal cóncavo y que ingerimos litros de cerveza (de nuevo la cerveza). Pero para un guiri - y consideramos ahora guiris a todas las personas que no vivan relativamente cerca de las orillas del Guadalquivir - las temperaturas de nuestro verano pueden resultar una experiencia de las que marcan la vida.
Siempre que paso por Despeñaperros me vienen a la cabeza algunos de los famosos combates que han tenido lugar en sus inmediaciones; particularmente la que quizás sea más famosa de las batallas españolas: la batalla de Bailén. Bailén es un nombre que se suele escribir con letras de oro en el orgullo español: ¡Ahí es nada, la primera gran batalla que perdieron los ejércitos de Napoleón Bonaparte! ¡Y con lo que nos gusta que los franchutes muerdan el polvo! Sin embargo, aquella bonita victoria, tanto como el ejército del general Castaños, la alcanzó el terrible calor. La poderosa canícula. El asesino sol andaluz. Podemos imaginar la escena. Un 19 de julio de 1808, en Jaén, con una temperatura que convertía en pizzas los bocadillos de queso, unos soldados franceses equipados con uniformes de paño grueso… Encima, los pobrecitos gabachos tenían el sol de cara y apenas llevaban agua. En fin, que llevaban escrita la derrota en el morrión.
Como ésta, otras muchas.
Tenemos que plantearnos, pues, los españoles, que estamos bastante habituados a los cuarenta grados a la sombra, qué batallas queremos ganar. Dónde queremos vencer. Sólo tenemos que pillar a una panda de guiris y desafiarlos en un día de verano. Es nuestra oportunidad para jugar con ventaja. ¿Y qué panda de guiris se nos ocurre para buscarles pelea? A ver… Así, al pronto… ¿La directiva del FMI? ¿Angela Merkel? ¿Todos los consejeros de la agencia Moody? Pues no estaría mal. Nada mal. Pillar a los tres (FMI-Merkel-Moody) e invitarlos a un congreso en verano en la bonita ciudad de Écija, con posibilidades de trasladar el encuentro a Carmona o a Alcalá de Guadaira. Mismamente el 19 de julio, para que coincida con las fechas de la batalla de Bailén. Sin aire acondicionado, que para eso nos piden tantos recortes.
Ahí seguro que les ganábamos. Y fuera penas, que yo pongo la cerveza (para los españoles, claro).












Ulises | Sábado, 07 de Julio de 2012 a las 11:59:49 horas
Ayer me dijiste que nadie escribia comentarios positivos, gran verdad,
como para mi eres un virtuoso, buen chaval y tienes mucho que enseñar, te mando mi mas sincera,
ferviente y cariñosa admiración.Graciaspor todo lo que nos diste
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