Análisis de las Elecciones Andaluzas (1)
Este domingo se ha producido una de las mayores sorpresas que se recuerdan en política en España. Para este tiempo en que las estadísticas parecen ser ciencias exactas, ha resultado una verdadera bomba. Se ha dado la paradoja de que los tres grandes partidos han obtenido unos resultados que tienen una lectura ciertamente distinta a la realidad. Observando con objetividad los datos, vemos que el PP ha conseguido la victoria, siendo además la primera vez que en treinta años consigue superar el listón socialista. Pero las caras de la cúpula popular no expresaban el entusiasmo que tan ansiada noticia debería haber despertado. Lógicamente la caída de las expectativas ante la dura realidad les ha echado por tierra las ilusiones de gobernar en Andalucía por primera vez. ¿Seguro que no gobernarán? Es lo más probable.
El PSOE ha sufrido un retroceso de nueve escaños. O sea, han perdido las elecciones y en cambio se sienten contentos. El resultado, aunque negativo, ha sido mucho menos lesivo que el que se esperaba, aparte de que una posible coalición de fuerzas de izquierda les podría dar la continuidad en el gobierno de la Junta, que de eso iban las elecciones. ¿Seguro que pactarán? Eso está por ver.
Ni que decir tiene que los más satisfechos de la noche electoral eran los representantes de IU. Se esperaba, quizá no tanto, pero aquí no ha resultado tal la sorpresa. En cambio, la alegría evidente y en mi opinión merecida y compartida, se empieza a diluir si tenemos en cuenta el problema que se les presenta. No es mi intención, ni mucho menos, crear más incertidumbre en la coalición, partiendo de que no voy a descubrir nada nuevo. La duda de cómo actuar provoca una sensación de difícil digestión. La campaña de IU se ha definido en el lema de "Vamos a parar a la derecha". Ese es el cascabel que hay que poner al gato. No se puede olvidar que IU ha atraído numerosos votos descontentos con el gobierno de Griñán; esos que se sentirían defraudados de una renuncia de los principios defendidos para hacer posible que “la derecha sea parada”, recordando el eslogan. Existen además otras muchas razones en un sentido u otro: si IU se plantea qué ha supuesto la labor del gobierno socialista en términos del avance del estado del bienestar debe inclinarse por el pacto; si lo hace en cuanto a política comprometida con el pensamiento neoliberal, que es una bandera de la que no han abjurado los socialistas, bien que han querido explicar que ha sido por las exigencias de los mercados, estamos en la otra postura. Si recordamos el tema de la corrupción, caso de los ERES fraudulentos y otros parecidos, con otro más grave aún como el conocido Decretazo, sería imposible el acuerdo de gobierno. Siempre les quedará lo que el votante recuerde después, si piensan en que habrá quien les eche en cara que una negativa les da el gobierno a los populares, hay que tomar una dirección; pero si piensan en quienes confían en IU como alternativa a las políticas neoliberales y representen a la esperanza en la fuerza de izquierda, el camino es el opuesto. Como ven, no es para envidiarles.
Como siempre en el medio está la virtud. Parece que la posición que mejor pudiera conjugar tan complicada dicotomía, pasaría por facilitar la gobernabilidad, bien participando en el gobierno, bien apoyando la investidura; pero con unas condiciones muy claras para aceptar este acuerdo que ha de pasar por exigir a Griñán una política comprometida de verdad en lo social, entendiendo que resultará difícil en la coyuntura económica en que vivimos y teniendo un gobierno central que no creo que apoye en absoluto. Además de una profundización en la democratización de la política, de tener en cuenta a la ciudadanía, abrir cauces participativos, exigir depuraciones en todos los casos de corrupción o incluso de sospecha de la misma, agarrando el toro por los cuernos y sin justificar nunca cualquier conducta parecida. IU cuenta con el as en la manga de que, en el momento que el PSOE no cumpla con estos compromisos tiene todo el derecho a romper la baraja, y la gente lo va a entender. Serán ellos quienes decidan.
Este análisis queda pendiente de lo sucedido con el resto del espectro, pero para que no resulte excesivamente largo me comprometo a continuar más adelante.
Manuel García Mata

































Para J.M. | Sábado, 31 de Marzo de 2012 a las 13:05:29 horas
Es de agradecer tu interés por la carta. En referencia al tema de Extremadura siempre me parecerá mal que se sostenga un gobierno del PP habiendo posibilidad de evitarlo con los representantes de izquierda. Otro caso sería que no se llegase a un acuerdo tras una negociación basada en premisas eminentemente sociales y progresistas. En cuanto al caso concreto de la C. A. de Extremadura es muy difícil que después de tomar una decisión, acertada o no, haya quien se retracte de no mediar razón de peso; pues siempre desacredita ante los votantes. Lo que sí sería buen argumento es la manera de gobernar del PP, que da motivos para que se produjera la situación que a los dos nos gustaría.Tampoco me importaría hacer una carta en este sentido, pero siempre hay temas más próximos o de mayor impacto en mi opinión. Gracias por la idea.
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