Una nueva carta. Ya está aquí de nuevo el tío este que cuando la coge no nos deja de dar la lata todas las semanas. Eso será lo que más de uno se habrá pensado, pero da la casualidad que soy un hartible y me siento muy a gusto dándoles el peñazo con mi opinión. No podía perder la oportunidad que me brindan estas nuevas Elecciones Andaluzas para tratar de hilvanar unas cuantas frases que solo pretenden ejercer la libertad de expresión que existe en este país gracias a la Constitución a la que a veces critico y sobre todo gracias a las personas que generosamente se jugaron algo más que la tranquilidad para que este país dejara de regirse por leyes y gobernantes fascistas.

 Entrando en la cuestión que va siendo hora; todos ustedes saben que en Andalucía se presentan 33 candidaturas, de ellas 3 son de extrema derecha, 5 de derechas incluidas PP y UPyD; PSOE, desgraciadamente no muy lejos de los anteriores; 8 nacionalistas, considerados progresistas, unos más que otros; y 15 de izquierdas o progresistas, que para mí es lo mismo, pero siempre habrá que pensar que hay quien se molesta por llamarle así. Con este panorama, y con la moral por los suelos por todo lo que nos está cayendo con este gobierno, que está superando al anterior por goleada a la hora de suprimir derechos, deshacer el estado del bienestar y obligarnos a que carguemos la crisis a las espaldas de la ciudadanía, resulta que quienes nos pueden dar la esperanza del cambio, quienes han de pelear por defendernos de tantas tropelías, se presentan fragmentados en 23 candidaturas diferentes.

Cuando en las anteriores Elecciones el 15-M de Rota, ¡qué bueno hubiera sido que tuviésemos tanto influjo como el que alguna persona obtusa se empeñó en adjudicarnos!, decidimos plantear una abstención crítica con el sistema, sobre todo con esa profunda división que en las fuerzas progresistas impide un resultado muchísimo mejor, lo mismo que pasa ahora (lo que quiere decir que nuestra abstención crítica sirvió de poco) se nos acusó de restar votos y que favorecíamos al PP.

Es absurdo entrar en debate sobre esto y no lo voy a hacer. En cambio sí quiero exponer que todos los votos progresistas juntos, más los de aquellas personas que no votan porque no encuentran sentido a votar para que sigan saliendo los mismos, serían más que suficientes para ser una alternativa real, con el añadido de que se mostraría una posibilidad que iba a cundir con un efecto contagio de impredecibles consecuencias. Les guste o no a cierta gente la mayoría social de este país, e incluso de la mayoría de los países, es progresista, lo que ocurre es que no hemos sido capaces hasta ahora de que nuestros sueños chicos se subordinen al sueño grande que es posible. Puede que muchas personas lo sepan, pero para que nadie se haga el desinformado les diré que para estas elecciones se ha intentado, y que no se ha podido. Esto es posible si así se lo exigimos y nos lo exigimos. Aún hay esperanza aunque no sea para estas elecciones.

Ahora voten a quien deseen o absténganse que no me siento tan importante como para condicionar su decisión y me parecería una falta de respeto muy grave por mi parte.


Manuel García Mata