LA REBELIÓN DE LOS VECINOS


  
  
Rota que  siempre ha presumido de ser una localidad limpia, está, desde hace ya algunos años, perdiendo la pulcritud que abanderaba.

Este comentario, si parte de las reflexiones de algún representante político de la oposición, puede ser entendido por el equipo de gobierno como un ataque contra el propio pueblo. Denunciar públicamente que nuestras playas están un poco abandonadas, nuestras calles, plazas y avenidas, cada vez más sucias, nuestros parques y jardines dejados o faltos de la mano de algún jardinero… todo esto es considerado como un ataque a nuestra ciudad más que al equipo de gobierno. Es como si denunciar la dictadura franquista se considerara un ataque a nuestro propio país.

La noticia de que los vecinos de la calle Castelar, cansados de ver su calle sucia y pringosa por el añadido de los efectos de la cabalgata de los Reyes Magos, se han puesto manos a la obra y han decidido por su propia cuenta asearla y acicalarla, hartos ya de los avisos y denuncias a los responsables políticos gobernantes, dan veracidad a la proclama, a lo que es vox populi, de que Rota está, hoy por hoy, sucia.

Este pasado verano ocurrió un hecho similar, pero esta vez en la playa. Ante el acumulo de piedras en la playa de Galeones, los vecinos de la barriada El Molino decidieron ser ellos mismos los encargados de la recogida de los guijarros. Pero las imágenes mostradas por estos vecinos dejaban ver algo más que rocas y piedras. Las bolsas de basura se amontonaban sin que el servicio de limpieza de playas pasase a recogerlas.

Se quejan los vecinos de otra barriada, la de León de Carranza, del abandono de sus pequeñas zonas ajardinadas de que disponen. Las plantas no se riegan con la asiduidad que debieran y comienzan a sentir la falta de agua. Comentan los vecinos que ellos mismos se han ofrecido a regar los jardines (más bien grandes maceteros) de su coqueta barriada, pero su petición ha sido denegada.

Pasear por Rota nos viene a demostrar la cruda y triste realidad. Que no nos vendan “Escobas de Plata”. Es preferible que el dinero que se pueda invertir en conseguir este galardón se destine a limpieza que falta hace.

Contemplando la estampa de los vecinos de la Calle Castelar, se me ocurrió que podríamos todos hacer lo mismo con nuestras calles, plazas y avenidas. Sería como una rebelión contra la suciedad, no contra el equipo de gobierno. Pero, seguramente, éste tomaría buena nota y podría actuar en consecuencia. Porque todo lo que se le diga, ya sea en el apartado de ruegos y preguntas en los Plenos, ya sea a través de los medios de comunicación, de momento no ha surgido efecto. A la vista está.


Ya sabemos que la respuesta a toda esta cuestión de la limpieza será la falta de dinero. Pero claro, el ciudadano que no comprende las finanzas fiscales, pero si sabe perfectamente de las cuentas ordinales, se da cuenta de que con las tasas y los impuestos que pagan, se puede conseguir una Rota más limpia, como siempre lo ha sido.

Cuando el vecino se entera del personal de confianza contratado por el equipo de gobierno, del coste de las obras iniciadas por el “mediático” nuevo centro de salud, de los derroches de dinero público hasta hace un año, de las dietas que nuestros políticos perciben por asistir a las reuniones de las distintas empresas y fundaciones municipales… entonces es cuando no le salen las cuentas ni encuentran razones para soportar el desaseo de nuestro pueblo.

Esperamos y deseamos que con el nuevo Plan de Empleo Local que nuestro Ayuntamiento va a llevar a cabo, se note los efectos, sobre todo en la limpieza pública. Siempre hay “algún listo” que se defiende de estas acusaciones echando balones fuera. No sería la primera vez que se escucha o lee eso de: “encárgate tú con el presupuesto de que disponemos”.
Como la respuesta a esta proclama es tan sencilla, mejor la dejamos.

Al parecer, para algunos/as gobernar es, simplemente un empleo. ¿Por qué no? Tal y como está la situación de crisis económica, gobernar puede ser la salvación económico-profesional durante, al menos, cuatro años.
Se olvidan que la crítica forma parte de su “empleo”.
Por eso me he alegrado ver a los vecinos de la calle Castelar cepillos, fregonas y escobas en mano, aseando su calle. Es la mejor de las críticas y, a la vez, respuesta a sus continuas demandas.

Los españoles, en y por lo general, somos muy dados a la crítica y a las respuestas a toro pasado. Durante el día de Navidad hubo un incendio en nuestros pinares. Afortunadamente, gracias a la intervención de bomberos, policías, personal de protección civil, ciudadanos… la zona afectada no llegó a ser alarmante. Pues, fíjense como somos, que a partir de ese momento las noticias más leídas fueron las que hacían referencia al abandono por parte de tal o cual administración de los pinares. Hasta que no se produjo el incendio a nadie le dio por exigir un convenio de colaboración para el mantenimiento del pinar. Y si esa exigencia ya existía, no se hizo pública.

Nos podemos llevar años denunciando un potencial peligro, pero hasta que no se produzca un desgraciado accidente no se actuará para corregirlo.

Verán los vecinos de la calle Castelar como su actuación no habrá sido de balde. A partir de vuestra iniciativa, nuestros responsables políticos habrán tomado buena nota e intentarán que no os “volváis a rebelar”, esto es, a limpiar vuestra calle porque serán los servicios públicos de limpieza los que se encarguen del asunto con más frecuencia.

P.D.: Esto no es ninguna crítica al personal de limpieza, ni al de jardinería. Ellos merecen todo mi respeto. Los considero unos buenos profesionales.

Salud.


                                                                                                           ANTONIO FRANCO GARCÍA