Balsa Cirrito
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ME VOY
Creo haberlo dicho ya: lo que más me divierte de colaborar en este periódico son los comentarios de los lectores. En unas ocasiones vienen a resultar una especie de demostración práctica de lo que afirmo en el artículo. En otras, reflejan de forma inapelable que el mundo está compuesto de paradojas muy gordas. Tanto es así (no bromeo), que un par de amigos me han preguntado si soy yo mismo quien envía las críticas contra mí mismo para demostrar que llevo razón.
Veamos algunos ejemplos entretenidos:
Así, escribo hace unas semanas que con demasiada frecuencia la derecha española utiliza la descalificación en vez de los argumentos, y recibo a cambio varios comentarios de gente de derechas, llenos de insultos y sin ningún argumento que echarse a la boca. Algo así como: “si vuelves a decir que soy violento te parto la cara”.
Genial.
Muy gracioso también lo del último artículo. Hablo de Franco en un tono muy moderado, y varios individuos me tildan de friki y de provocador por tratar un asunto que según ellos ya no interesa a nadie y del que estamos completamente de vuelta. Estos mismos individuos que dicen que no tiene sentido hablar de Franco se enzarzan a continuación en una reñida polémica con otros lectores de la página, demostrando, supongo, que el movimiento se demuestra durmiendo y que los huevos se cuecen mejor con agua fría.
Mis favoritos son, con todo, los que me enseñan cosas. Los “doctores”. Los paladines de la cultura. Este tipo de lectores que me dicen “lea usted” o “infórmese mejor, que no sabe de lo que está hablando”. Resultan muy simpáticos, ya que quienes tales cosas afirman (con alguna curiosa excepción) casi siempre escriben textos llenos de faltas de ortografía, repletos de errores sintácticos y, desde luego, suelen mostrar una carencia absoluta de habilidad a la hora de manejar informaciones de diferentes fuentes (suelen pensar que la fuente del conocimiento es sólo una, preferentemente César Vidal).
En fin, no me quiero extender sobre un asunto que podría juzgarse de un interés muy personal. Aunque uno de los mayores encantos de Rota al día son los comentarios de los lectores. Y el hecho de que sean anónimos es a la vez su gran ventaja y su gran inconveniente. Sin duda alguna, si hubiera que firmar con nombre y apellidos, escribirían pocos. Pero yo me rio mucho.
Claro que, como digo, de tanto que disfruto he pensado si no será mala para la salud demasiada diversión. Ya se sabe que los excesos siempre se pagan. Así que he decidido dejar de pergeñar estos artículos por un periodo de tiempo que con toda seguridad será largo, de al menos varios meses. Por ello abandono el barco, aunque espero que no sea un hecho definitivo. A partir de la semana que viene, por tanto, no acudiré a esta cita.
Seguramente también ha influido en mi decisión la generosidad de algunos lectores, que cada vez que criticaban algo que yo escribía, acompañaban la crítica con un ataque malalechesco hacia mi humilde persona. Como debe ser, qué caramba. Habrá quien diga que lanzar ese tipo de ataques amparado en el anonimato es treta de cobardes. Pero yo afirmo lo contrario. Sí señor. En mi opinión, lo de decir las cosas a la cara está muy sobrevalorado. ¿Pues no será mejor tirar la piedra y esconder la mano como se ha hecho toda la vida de Dios? Eso sí, algunos de estos amigos que tanto se preocupan por mí, tal vez hayan pecado de excesiva finura en un asunto. Una de las cosas que más me critican estos amigos (por supuesto con ánimo de mejorar mis prestaciones) es que en los artículos yo busque “llamar la atención”, “crear polémica” o “intentar que me lean”. Y digo que se pasan de finos porque, al menos en este planeta, eso mismo es lo que hacen y lo que pretenden todos los articulistas. Por ello, cuando tal cosa me censuran se me abre la boca que cabría una pizza mediana del Burger Tom. Por supuesto, en una próxima etapa trataré de no crear polémica, no llamar la atención y que nadie me lea. Ni siquiera ellos.
En fin, agradecer la fidelidad de los lectores (que de eso no me puedo quejar) y un hasta pronto. ¡Hasta pronto!












estrellita | Viernes, 13 de Enero de 2012 a las 21:07:56 horas
Estimado señor Balsa Cirrito, si te tomas una temporada sabática; ( al menos en este medio ), espero que te sea para bien y de verdad, aunque no te lo creas y .... que vuelvas. Si te he ofendido con alguna de mis críticas espero que no te lo tomes a mal. Jamás te haría daño personal alguno deliberadamente, ni a tí ni a ninguna otra persona, pero como luchador en el terreno de las ideas que eres, seguro que comprenderás que en esa virtual arena de anfiteatro que las nuevas tecnologías nos brindan, a buen seguro que te enfrentarás a otros gladiadores, con otras ideas, matices o puntos de vista que puedan enriquecer, aclarar o incluso refutar, tus opiniones y de este modo, los lectores, al leer tus artículos y los comentarios, quizás puedan hacerse una idea más completa. Nadie tiene la verdad suprema, las cosas tienen varios puntos de vista, no hay luces sin sombras. Bien es cierto que en tu caso, estás en clara desventaja con respecto a aquellos que escribimos estos comentarios, porque tú has optado por escribir tus artículos con nombre y apellidos; a cara descubierta, sin tapujos..., y eso.... te honra. Permíteme que, en mi caso, pues hablo por mí y nada más, Estrellita siga en su anonimato, mis opiniones son mías y de nadie más, mas que las que comparto, pero de otra forma, al igual que tú, también soy una persona pública en el mundo real y me debo a todos mis vecinos y ciudadanos por igual, sean de la tendencia política o clase social que sea y por tanto, si alguien como yo hace patente sus opiniones personales, lo quiera o nó ante los demás parece que pierde un poco de su legitimidad profesional. En tu caso, profesor como eres, también puedes que lo comprendas.
Creo, que buenas y malas personas, honestos y corruptos, justos y pecadores los hay en todos los sitos y... en el caso de la política, tanto en los que son de una tendencia como en la otra. Con el paso del tiempo, los años y las experiencias ya dejé de ser tan extremista en el mismo sentido que tú; el de dotar a las personas de ideologías de izquierdas de una supuesta " superior catadura moral ", con respecto al clasicismo de los de la derecha. De verdad, sinceramente, todavía crees que siguen funcionando así las cosas. Ha pasado ya mucho tiempo desde las buenas intenciones Owen y el socialismo histórico de Marx, al menos en la practica, no ha resultado. Yo también, he de reconocerlo tenía y aún tengo al menos parte de esas ideas, pero ya no puedo identificarme con los de tu tendencia política, ya no son los míos. Los desengaños, las corrupciones, nepotismos y demás, me hicieron perder esa hegemonía moral de la izquierda y comprender que al final, los partidos políticos, como cualquier otra institución, la forman personas individuales, cada una diferente, con una manera de ser, valores y forma de entender la vida. Cierto es que la mayoría son personas honestas, pero cuando dejan actuar impunemente o miran para otro lado cuando alguien del grupo realiza conductas indeseables, se quiera o nó son todos responsables.
En fín, vecino Balsa Cirrito, resumiendo y vuelvo a rogerle mi perdón si se lo toma a mal, descanse usted su merecido descanso y cuando lo desee, tome esa gladius hispaniensis que tiene por retórica y vuelva a la lucha en este terreno de las ideas.
Un saludo.
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