Miles de españoles seguirán mañana 31 de diciembre la tradición de despedir el año comiendo doce uvas al son que marcan las campanadas de un reloj, ya sea el ubicado en las plazas más emblemáticas de pueblos y ciudades, como a través del televisor. Lo que está claro es que pocos dejan pasar por alto esta tradición que según la costumbre, traerá suerte para iniciar el año.

Por ello, entre hoy y mañana, las fruterías de la localidad experimentan, al igual que en el resto de España, una notable subida en las ventas de este fruto que este año, gracias a una buena cosecha, se presenta con un precio algo más bajo que el año anterior. Y es que si para despedir 2010, los roteños compramos uvas a un precio que rondaba los 3 euros, en esta ocasión, para dar la bienvenida al 2012, la podemos adquirir por unos 2 euros. La diferencia está en la calidad, el tamaño y sobre todo en la vista que presenta al público, por ello, en función de estos aspectos, se puede conseguir uva hasta por  1,30 o 1,40 euros en el mercado. Aún así, la que mejor se vende, según los fruteros de la localidad y pese a la crisis, es una uva normal, de buen ver y que no sea excesivamente grande, por aquello de no atragantarnos en las doce campanadas. "La mayoría de clientes quiere una uva que sea buena, en este caso no se mira mucho el precio y a pesar de que tenemos uvas que varían un euro el kilo, la gente quiere la buena, por eso, la que traemos para estos días es una uva selecta, especial de tamaño para esta Nochevieja que se vende mucho mejor que una más barata", explica un frutero de la localidad.

Alicante sigue siendo el lugar de origen de este fruto que desde principios de semana ha empezado a ser reclamado por la clientela, sin embargo, como suele ser habitual, es durante el día 30 y 31 de diciembre cuando la venta aumenta considerablemente. Y es que aunque ya se han vendido decenas de cajas, los rezagados, e incluso aquellos más olvidadizos, acudirán hoy a la frutería de turno para hacerse con la ración exacta porque hay cosas que no cambian. A pesar de que todos comen uvas en la noche del 31 de diciembre, muy pocos la siguen consumiendo posterior a la Nochevieja, por ello, a la hora de comprarla, los ciudadanos piden lo justo para los comensales. "Excepto casos puntuales, la mayoría deja de comprar uva tras estas fechas y si sobra algo, cuesta mucho venderla", comenta un frutero que recuerda además que debido al proceso de fuerte refrigeración al que está sometido esta fruta en este último tirón de ventas, el deterioro es más rápido "por eso, tampoco a estas alturas interesa hacerse con mucha cantidad".

Para los más despitados, deben saber que un kilo de uvas de tamaño mediano da para unos doce o catorce comensales. En total, los españoles consumirán en esta Nochevieja, según el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Uva Embolsada de Vinalopó (Alicante), en torno a 1,5 millones de kilos de uvas. Frutos de la suerte que tomándolos al son de las doce campanadas se convierten en deseos y augurios de mejores expectativas para el año que comienza.