Balsa Cirrito
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POR QUÉ NO SOY DE DERECHAS: CUESTIÓN DE ESTÉTICA
Digamos que durante el tiempo que llevo en esta página habré recibido un número de comentarios que no debe andar muy lejos del millar. Entre ellos, y calculando a ojo de buen cubero, como un diez por ciento (siendo generosos) habrán sido elogios; aproximadamente un quince por ciento apoyaban las ideas expuestas, y, pongamos, un cinco por ciento, venían a ser neutrales. El resto, sobre el setenta por ciento de los comentarios recogidos, son y han sido de crítica; lo cual, en principio, está muy bien, es lógico y sobre ello, ya digo, no hay nada que objetar.
En principio.
Porque luego hay cosas que sí que resultan más objetables. (A ver si no). Por ejemplo: la inmensa mayoría de esas críticas no son exactamente críticas, sino simples ataques personales. (Reconozco que son los que más me divierten, y hay que estar un poco zumbado para que no te guste que se metan contigo, pero esa es otra cuestión).
Por supuesto, un buen ataque personal (ad hominem, que decían las antiguas retóricas), te quita de tener que dar ningún tipo de razonamientos. Y los razonamientos, pese a lo que crean algunos, son bonitos y creo que hasta saludables. Desde hace mucho tiempo tengo asociada semejante postura a la derecha. Es muy posible que me equivoque pero casi cada vez que veo una rueda de prensa o un debate (lo del debate es más raro, pues los de derechas no suelen acudir a ellos; en ninguna parte, Rota incluida), los del ala diestra, digo, acostumbran a proferir consignas en vez de argumentos. Ataques en vez de explicaciones. Bufidos en vez de palabras. Y es algo que hacen todos, con muy pocas excepciones.
Puede que no sea muy justa esa asociación, pero es un tic que adquirí hace años. Supongo que procede de mis tiempos de periodista. En aquellos días – ya algo lejanos – cada vez que venía un jefazo del PP de fuera de Rota para dar una rueda de prensa, teníamos fiesta. Lo digo por lo que nos reíamos. No recuerdo que ningún capitoste del PP expusiera nunca nada inteligente. Nada que no fuera pronunciar eslóganes. Nada diferente al ataque sin argumentos. Nada que no fuera esparcir basura. Puede que resulte crudo o poco cortés, pero así me parecía. Muchos de estos dirigentes siguen en el candelero. Teófila Martínez, Antonio Sanz Cabello (quizás, entre los políticos de cierta importancia, el de menor inteligencia o talento que yo haya conocido nunca); el único que recuerdo que decía a veces cosas razonables o perspicaces era el gran Miguel Arias Cañete (éste llegaría a ministro con Aznar). En cambio, venían los del PSOE y uno escuchaba (además de los ataques y del ventilador de la basura, que a eso juegan todos) argumentos. Uno oía razonamientos. Y lo que es a mí, siempre me han gustado mucho los razonamientos. (El mejor de los políticos que haya oído yo en Rota, por cierto, fue Rubalcaba, que dio alguna rueda de prensa en nuestra villa cuando era ministro de Felipe González.) (Aunque también es cierto que el nivel del PSOE ha bajado desde entonces).
En fin, soy un individuo con unas costumbres e ideas tirando a conservadoras, sin embargo, la derecha española (no podría decir lo mismo en Francia o en Alemania) me provoca un irremediable rechazo. Un terrorífico hastío. Y se trata de una repulsa fundamentalmente estética. Sencillamente, me resulta insoportable ese perenne tono Hound dog de los políticos del PP (de hecho, cuando hay alguno que se comporta con cierto civismo, digamos Gallardón, lo elevamos a los altares; y no por sus ideas, sino por su estilo).
Si por una casualidad poco probable me convirtiera en multimillonario de la noche a la mañana, es muy posible que mis ideas sufrieran un cambio. Y que las propuestas del PP de bajar los impuestos a los más ricos me resultaran muy razonables. Sin embargo, seguiría sin votarlos. Porque ya digo, se trata sobre todo de estética. Y su estética y su estilo son terribles. Terribles.












Cínico | Viernes, 23 de Diciembre de 2011 a las 19:42:14 horas
Sí claro, tienes toda la razón, por eso tu jefe metió a la Srta. Pajín para Ministra. Eso sí que es estético. Y como ésto muchísimas cosas más que nos han llevado a esta situación en que nos encontramos los españoles. Tienes la cara de meter a todos en el mismo saco tratandose del PP y no es de recibo muchacho, te atreves a decir que la Teo, que si quieres pruebas vete a dar un paseo por Cádiz y verás dos cosas, una que es de valorar todo lo que para bien a cambiado la ciudad y segundo que aunque sea chillona, la gente la quiere,no por bonita o porque tenga morritos, sino porque es buena en su trabajo. Estetica Sí, claro, pero, mejor, cirugía estetica y poneros la carita de zapatero de los c.
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