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Domingo, 09 de Octubre de 2011

Pedro Cardeñosa

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NO ES PORQUE SEA... SINO PORQUE CREES QUE SERÁ


  
  

 

   

A hacer puñetas el Destino y los agoreros que predicen el Futuro. Ya sabemos, de manera científica (al igual que aprendimos que la higiene prevenía enfermedades) que lo que está por llegar a cada uno, lo decide el propio individuo a su libre albedrío.

La Física Cuántica más pura considera el Universo como un conjunto inmenso, pero finito, de información, donde cada cual va eligiendo el suceso siguiente definiendo la posición de las sub-partículas que nos componen y que forman parte de un Todo Universal. (Principio de indeterminación de Heisenberg).  En otras palabras: que lo que nos ocurre a diario es fruto de lo que esperamos que ocurra.

¿Que no? Recordemos el experimento de Rosenthal y Jacobson en 1968: “Pigmalión en el aula”. Informaron a un grupo de profesores de primaria de que a sus alumnos se les había pasado un test que evaluaba sus capacidades intelectuales. Luego se les dijo cuáles fueron los alumnos con los mejores resultados. Los profesores fueron advertidos de que esos alumnos serían los que mejor rendimiento tendrían a lo largo del curso. Y así fue. Lo interesante de este caso es que en realidad jamás se realizó tal test al inicio de curso y los supuestos alumnos brillantes fueron un 20% de chicos elegidos completamente al azar, sin tener para nada en cuenta sus capacidades. ¿Qué ocurrió entonces? Que los profesores se crearon tan alta expectativa sobre esos alumnos que actuaron a favor de su cumplimiento. De alguna manera, convirtieron sus percepciones sobre cada alumno en una didáctica individualizada que les llevó a confirmar lo que les habían avisado que sucedería. Se le llamó “profecía auto-cumplida”.


Algo parecido ocurre con los horóscopos y demás aparataje de predicción. Cuando nos “sorprenden” con una información de nuestro pasado que sólo nosotros conocemos, en realidad, somos nosotros mismos quienes hacemos coincidir la información aportada con nuestra “Realidad”. Por ejemplo: Si alguien nos dice “has tenido que superar una prueba muy dura en tu pasado” (¡Toma! ¿Y quién no?) Siempre lo identificamos con un hecho significativo en nuestra vida.

Sí… pero ¿Y cuando te adivinan el nombre y las características de un ser querido que ya no está?... Sencillo: El lenguaje corporal. No obstante, dejemos volar la imaginación y creamos a quienes nos auguran un buen futuro. Eso no hace daño a nadie. Los agoreros…sí.




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