Siete años de conflicto, cinco años de huelga, casi 40 despedidos, más de 70 denuncias en la Inspección de Trabajo, más de 100 denuncias en los juzgados, el 85% de la plantilla en un alto riesgo psicológico y un desprecio continuo al ordenamiento jurídico español en material laboral podría ser un resumen del "bochornoso currículo" que ha generado el conflicto laboral de la empresa Louis Berger Aircraft Services, Inc (LBAS), concesionaria del servicio de aeropuerto de la Base Naval de Rota. Así lo han descrito hoy desde el comité de empresa.

Esta tarde, para pedir a gritos una solución definitiva a esta situación, la plantilla junto a familiares, amigos y representantes políticos, han salido a la calle en una manifestación en la que han participado casi 200 personas. Aunque el número nada tiene que ver con la que se hizo en febrero de 2017 que  tuvo una participación que llegó a los 1.200 ciudadanos, el balance de esta no ha sido nada negativo teniendo en cuenta que los trabajadores arrastran un largo camino de lucha, de estrés laboral y que además, muchos de ellos ya no son los mismos. Aún así, el presidente del comité de empresa, Daniel Ruiz-Henestrosa, más que fijarse en los números, que hay que mirar con la perspectiva de un conflicto que lleva siete años y ha ido mermando fuerzas, prefiere hacerlo en el mensaje, en la unidad de la plantilla, asegurando que han estado los que tenían que estar.  Así lo decía a los medios al término de la manifestación que ha durado una media hora en su recorrido desde que pasadas las 17.30 horas partieran de la rotonda de acceso al control de la Base Naval y tomaran calle Calvario, Veracruz, plaza de Andalucía y plaza de España hasta llegar al Castillo de Luna. 

No se han gritado consignas, pero se ha hecho mucho ruido, a veces ensordecedor, con pitos que han llamado la atención de los vecinos que han salido a sus ventanas o puertas para ver de dónde procedía el escándalo.

Delante, solo una pancarta de cabecera en la que iban trabajadores, miembros del comité y representantes políticos de la Corporación municipal con el alcalde de Rota, Javier Ruiz Arana, a la cabeza y algún representante provincial de Izquierda Unida, en la que se leía "Solución ya. Trabajadores de Louis Berger, aeropuerto militar de la Base Naval de Rota".

El trayecto ha sido por tanto rápido y directo y una vez en la escalinata del Castillo de Luna, ha sido el presidente del comité el que ha dado lectura a un manifiesto en el que ha agradecido especialmente, el apoyo de los políticos locales y sobre todo, el de las familias de los trabajadores que sufren a partes iguales todo este conflicto laboral.

Pese al paso del tiempo, a que las fuerzas flaquean a veces y tienen enfrente a una empresa que parece no tener ningún interés en solucionar la situación, -dada su negativa a sentarse a hablar para retomar la negociación del convenio-, el representante de los trabajadores ha asegurado que seguirán luchando y tendiendo la mano hasta el final.

Echando la vista atrás parece que en siete años nada ha cambiado porque poco se ha avanzado, aunque en medio han quedado encierros, manifestaciones, huelgas, mociones a pleno, reuniones con partidos y sobre todo, decía Daniel Ruiz-Henestrosa, mucho desgaste físico y psicológico que se ha dejado notar en la plantilla, que es difícil de cuantificar y que supone "un daño irreparable que no podemos dejar que quede impune".

En estos años, resumía, la plantilla de Louis Berger ha visto sus "derechos laborales pisoteados,  acoso económico, laboral y sindical sin precedentes" y lo peor, indicaba, en una situación total de indefensión aludiendo a que en este caso, los Gobierno de España y EEUU que presumen de buenas relaciones bilaterales, se han quedado de perfil, sin hacer nada, que a su juicio, básicamente, es comulgar con lo que hace la empresa.

Los trabajadores del aeropuerto tienen asumido que no son ellos los que pueden solucionar el conflicto laboral y que debe ser el Gobierno de España el que pida a la administración norteamericana que hable con su cliente y busque una solución a este problema, pero mientras tanto, seguirán llamando a puertas.

En el manifiesto leído, Daniel Ruiz-Henestrosa ha agradecido el apoyo de todos los grupos municipales de la Corporación municipal, esta y la anterior, porque todas se han mostrado unánimes a la hora de secundar sus reivindicaciones. A todos les ha pedido que sigan llevando su voz donde la plantilla no llega. De igual forma, se ha acordado de los compañeros despedidos estos años asegurando que cuando piden justicia, también lo hacen por ellos.

Si han podido soportar siete años en conflicto con la empresa es porque la unión ha estado presente y por eso, agradecía a todos sus compañeros los esfuerzos, pese a las diferencias, que también las ha habido. Lo único que les queda, decía, es mirar hacia adelante, luchar y pedir justicia. Orgulloso de un colectivo que lucha por sus derechos en una lucha de David contra Goliat, ha dado las gracias a todos los presentes confiando en que al final de túnel puedan ver la luz.

Por su parte, el alcalde de Rota intervenía en nombre de la Corporación municipal secundando las palabras del presidente del comité de empresa y dando lectura al acuerdo que recientemente se ha aprobado en el pleno del Ayuntamiento de Rota donde se hace un repaso por todo este conflicto para pedir al Gobierno de España que ponga en marcha todos sus mecanismos para conseguir impulsar la negociación del convenio colectivo que garantice los derechos laborales de los trabajadores; que se readmita a los despedidos; que se inste al Gobierno de EEUU a través de la Embajada de este país en España y de la Armada americana que medie con su cliente y negocie la solución que devuelva la normalidad al ambiente laboral; y que se dé traslado de todo ello al Ministerio de Defensa, al Almirante de la Base Naval y a la Embajada de EEUU en España.

Javier Ruiz ha recordado que todo empezó en octubre de 2016 cuando la empresa  en una mesa de negociación del convenio colectivo propuso despedir a 15 personas y aplicar una reducción de salario del 25% o en caso contrario, despedir a 45 trabajadores. Dado que el comité no aceptó la propuesta, comenzaron los despidos en enero de 2017, a abrirse expedientes a trabajadores y a calentarse el ambiente laboral aunque la empresa siguió contratando a menor precio. Durante este tiempo, pese a los acuerdos del pleno municipal, de la Diputación de Cádiz e incluso en el Congreso de los Diputados con dos Proposiciones No de Ley, poco se ha conseguido, es más, en diciembre de 2020 se acordó por unanimidad calificar a Louis Berger como empresa 'non grata' y con encierros, manifestaciones y más acuerdos de pleno, están casi en el punto de partida.

Pese a todo, el alcalde ha animado a los trabajadores a seguir en la lucha, a no perder la esperanza y les ha mostrado su apoyo institucional reconociendo que como Ayuntamiento siente impotencia de no poder hacer nada más, de aun siendo la administración más cercana al ciudadano, encontrarse contra un muro llamando a puertas que no responden y que son las que tienen responsabilidad de eliminar el conflicto.

Aunque no hay Gobierno estable aún en España, espera que en breve lo haya y volverán, como lo han venido haciendo ya, a exponer esta situación para conseguir que se le dé traslado una vez más a  la Administración norteamericana para que hable con su cliente. El próximo paso por tanto, lo tienen claro desde la Corporación municipal. Por su parte, el comité de empresa espera a ver si Louis Berger contesta a la última carta enviada el pasado 7 de noviembre donde se le pedía de nuevo volver al diálogo. Esperan pacientemente, aunque temen volver a encontrar el no que hasta ahora ha sido la tónica habitual de la empresa.

Mientras, no decaerán y con esta manifestación, ha dicho Daniel Ruiz-Henestrosa, salen reforzados para seguir aguantando.