Con la tranquilidad que dan ocho años de experiencia y la ilusión de saber que podrá culminar algunos de los proyectos que quedaron pendientes en la legislatura que ya se ha dado por terminada,  Javier Ruiz Arana ha sido investido en la mañana de este sábado como alcalde de Rota. Es la tercera vez que recibe el bastón de mando como máxima autoridad local y lo ha hecho, como ya ocurriera hace cuatro años, emocionado y agradecido por la confianza en su gestión.

El regidor, que cuenta con el hito nunca antes conseguido en periodo democrático en Rota de  sumar dos mayorías absolutas consecutivas, a la que habría que añadir una victoria anterior, se ha mostrado hoy feliz. Lo ha hecho en el acto de investidura celebrado en el salón capitular del Palacio Municipal Castillo de Luna, que estaba lleno de público.

En declaraciones a este medio, aunque ha intentado mantener la emoción a raya, lo cierto es que notar el cariño de sus vecinos, de gente anónima que se le ha acercado en estos días tras el 28 de mayo y sentir ese respaldo, le hacen romperse aunque lo quiera evitar. Se siente querido - y no solo porque las urnas así lo reflejan con una nueva mayoría absoluta-, sino porque en primera persona vive la satisfacción de esa sensación que reconoce que es uno de los sentimientos más bonitos que alguien que se dedica a la política puede tener.

En su discurso del acto de investidura ha ofrecido una línea clara de cuáles serán los pilares de trabajo que sustentarán esta legislatura a la que llega con tranquilidad, porque los ocho años de gobierno vividos le han dado tablas para reconocer dónde debe centrar sus esfuerzos para que la Rota que tiene proyectada, sea una realidad. Esa experiencia en la gestión le ha hecho vivir esta nueva investidura con otras emociones diferentes  donde ya no están los nervios por lo desconocido de 2015, o el vértigo de su primera mayoría absoluta en 2019 por el temor de estar a la altura y no defraudar. En este 17 de junio de 2023 había más tranquilidad, se sabe curtido en la batalla y con una visión más amplia de cómo funciona toda la gestión. Tiene seguridad porque son sus propios vecinos los que lo han vuelto a elegir y eso le genera mucha ilusión. Sin embargo, no por ello, ha dejado de emocionarse.

Con humidad, recibe este nuevo respaldo donde tiene claro que esta será una legislatura en la que concretar objetivos sin pretensiones de abarcar mucho sino más bien de terminar lo que hay sobre la mesa, que no es poco, porque han sido varios los proyectos que por determinadas circunstancias, se han quedado en el tintero en el pasado mandato.  De hecho, asegura a Rotaaldia.com, que hay proyectos en marcha -bien en licitación, a punto de licitar o en proceso de finalización-, para llegar hasta casi mitad de esta nueva legislatura.  Así que impulsar proyectos ya trabajados no le preocupa, le interesan planteamientos más globales como el de  centrar sus esfuerzos en abrir el debate necesario para un nuevo plan urbanístico para la Rota del futuro porque el actual (antiguo PGOU) data de 1994 y es necesario, desde su punto de vista, diseñar cómo va a seguir creciendo la localidad en esos términos. Lo demás, será una política de continuidad, de estar "con los pies en el suelo" que es donde cree que ha estado parte de la clave del respaldo conseguido.

Preguntado por sus ilusiones de cara a esta legislatura, reconoce sin pararse casi a pensarlo, que es ver el proyecto de transformación de la avenida María Auxiliadora terminado porque "llevo ocho años hablando de esta actuación" y porque está convencido de que marcará un punto de inflexión en Rota y en la forma de verla.  A ello añade otro proyecto, el de la puesta en marcha del Base Forum como espacio museístico, como lugar de concentración sobre una parte de la historia de la localidad y la influencia de la Base Naval, y como un equipamiento más que entiende que hacía falta para seguir promocionando esa ciudad de eventos así como  una nueva zona con muchas posibilidades de ocio.

Javier Ruiz, aunque no lo verbaliza, sabe que con unas nuevas elecciones generales a la vuelta de la esquina el próximo 23 de julio, las cosas pueden cambiar y quizás tener que afrontar meses difíciles en la gestión porque es posible que los gobiernos de otras instituciones cambien. Está preparado para afrontarlo con seriedad, pero tiene cierta incertidumbre sobre cómo serán las nuevas relaciones.

En lo que respecta a nivel local, el nuevo arco plenario en el que han desparecido varios grupos que tenían representación, es para Javier Ruiz "algo peor" que la legislatura pasada porque entiende que "va a faltar debate". A priori, sí cree que el concejal de IU+Podemos estará activo en la oposición, pero duda que el PP aporte algo más pese a estar en este mandato fortalecido con tres nuevos concejales, con sinceridad, piensa que el peso seguirá recayendo en las mismas personas que lo tenían  en el pasado mandato cuando eran solo cinco; y de Vox, ha dicho, no espera "absolutamente nada".

En cuanto a su gobierno, va a exigirles estar al 100% y aunque prácticamente son los mismos que en el mandato anterior, tiene preparado un decreto para el lunes en el que habrá una reestructuración total en las responsabilidades al frente de las diferentes áreas municipales, lo que obligará a los concejales de su equipo a ponerse las pilas desde el minuto uno al enfrentarse a nuevas situaciones de gestión. Con esa rotación quiere conseguir que las delegaciones tomen un nuevo impulso.

La línea a seguir será estar en el día a día de los vecinos, atender las peticiones de barriadas, ser eficaces en dar respuestas a los problemas, buscar más plazas de residencias para mayores, atender el problema de la vivienda y sacar adelante lo que hay en cartera. Como alcalde de Rota en estos años ha entendido que no se puede abarcar mucho más porque tampoco el mercado está preparado para ello. Javier Ruiz reconoce que se han conseguido muchas subvenciones para proyectos que mejorarán la localidad, se ha trabajado en eso, "no se ha pedido dinero por pedir" pero a la hora de la verdad, asume que ha sido complicado ejecutarlas porque la demanda de muchos ayuntamientos ha sobrepasado la oferta de empresas. 

En su caso, reconoce que la experiencia es un grado y en este inicio de la XII legislatura se queda con la gratificante sensación de sentirse querido por la gente, un sentimiento que excede el sueño cumplido en lo personal y lo profesional y que lo hace emocionarse -literalmente-, sabiendo que aunque no puede contentar a todos y que hay gente enfadada por no poder atender sus peticiones, en general, siente un cariño de personas anónimas inmenso.

Recibir de nuevo el bastón de mando como alcalde es una responsabilidad que recibe con mucha gratitud, emoción e ilusión.