CON LA EDUCACIÓN NO SE JUEGA


  
 
Estamos asistiendo durante las últimas semanas a todo “un bombardeo” dialéctico entre PP y PSOE sobre el tratamiento que los conservadores le están dando al tema educacional en aquellas comunidades autónomas donde gobiernan.

La Comunidad de Madrid y su Presidente, Esperanza Aguirre, simboliza, más que ninguna otra Autonomía del Estado, para los socialistas (yo diría que para casi todos los que no somos del PP) el verdadero espíritu del programa “escondido” de la derecha española. La señora Presidente, o Presidenta (como prefieran) de vez en cuando “muestra sus cartas”, aunque más tarde se desdiga. Sobre todo, le advierten desde sus propias filas, para que el personal no descubra sus verdaderos propósitos.
En Madrid y otras comunidades autónomas, los del PP han abierto la caja de los truenos en Educación.

A mediados del siglo pasado, la Educación empezó a ser considerada el motor de la expansión económica de los países. Los países que alcanzan mayor nivel de desarrollo son aquellos cuyos ciudadanos están mejor preparados.
Se empezó a considerar que las cantidades asignadas dentro de los presupuestos generales de los distintos Estados deberían ser de las más importantes.
Además, se desveló el factor de producción y de consumo de la Educación. De tal modo que, la Educación, la mayor o menor implicación de los gobiernos en ésta, significaba, no sólo expansión económica, sino progreso social.

La Educación representa, como todos sabemos, uno de los pilares básicos del estado del bienestar. Es un derecho universal reconocido y, como tal, debe ser tratado.
Pero “los dueños de nuestros destinos” han señalado a los distintos gobiernos el camino a seguir para salir airosos de esta crisis financiera en la que, “los propios dueños de nuestros destinos”, nos han metido. Ya no se trata sólo de ayudar a la Banca con aportaciones monetarias para su liquidez. Ahora, con la Banca “a salvo” y reflotada, hay que equilibrar los presupuestos. Y para conseguir que “sus cuentas salgan”, hay que recortar gastos. Los más efectivos son los que representan el estado del bienestar.
Y, ¿por qué no?, empezar por los gastos en Educación.

Revelado el factor “de consumo” que conlleva la Educación, pues: “vendamos Educación”, “que el personal pague por su Educación”, “recortemos las asignaciones a la Educación Pública y fomentemos la Educación Privada”,…Y, de paso, adelgazamos el presupuesto, gastamos menos y equilibramos las cuentas, tal y como mandan “los señores”.

Pero no crean que sólo los del PP “se apuntan” a los recortes en Educación. Recordemos que, no hace mucho, ambos partidos, PP y PSOE,  NEGOCIARON, la modificación de nuestra Constitución para fijar el equilibrio presupuestario, tal y como “le han ordenado” desde fuera.
Si los socialistas presumen de mantener las directrices en temas de Educación dentro de nuestra Comunidad Autónoma, frente a los “tijeretazos” de sus rivales políticos del PP, no es menos cierto que también los andaluces estamos sufriendo estas políticas restrictivas en Educación.

Hay un claro recorte de personal, prediquen lo que prediquen y digan lo que digan. Los Directores de los centros educativos en Andalucía se configuran en tres grupos, denominados A, B y C.  En el llamado grupo A, estaban incluidos aquellos directores cuyos centros educativos tuviesen 30 unidades. Ello conlleva tres Jefes de Estudios para ese centro educativo. Pues bien, ahora se considera grupo A al que tenga más de 32 unidades, con lo que, los que hasta ahora se consideraban del grupo A, pasan a ser del grupo B (que  contemplaba menos de 30 unidades y sólo dos Jefes de Estudios). Cuando decimos unidades nos estamos refiriendo a las clases existentes en un centro educativo.

Otra medida que propicia el recorte del personal educativo es el paso de reconocer un grupo de 35-36 alumnos por clase (o por unidad) al de 37-38 alumnos.
Seguimos sin que la Junta de Andalucía reconozca la figura del Auxiliar de Apoyo para las unidades de Infantil de tres años. El profesorado en estas edades “reclama” la ayuda de los padres, especialmente de las madres, para que les auxilie en ciertas labores. Lo de conciliar vida laboral y vida familiar es una frase para quedar bien en los discursos y mítines políticos.
 
Hemos visto como en nuestra propia población, en el Colegio Público San José de Calasanz, la falta de mobiliario ha impedido el inicio del curso en un aula de infantil. Puede ser una situación puntual, podrán alegar, pero inevitable en todo caso.

El fracaso escolar en esta bendita tierra (me estoy refiriendo a la provincia de Cádiz) sigue siendo el más alto de España. Las estadísticas nos recuerdan, llegadas estas fechas de inicio del curso escolar, que el 41% de los alumnos de la provincia repite al menos una vez.
Con estos datos, resulta difícil presumir que la Educación está mejor tratada por unos que por otros.

Se ha ido diluyendo la idea de que la Educación es el factor de expansión económica de una nación y que, por lo tanto, INVERTIR en Educación supone prepararse para el futuro. Se ha dejado de lado el factor COMUNITARIO de la Educación (Educación Pública de Calidad) por el factor INDIVIDUAL (Educación Privada).

Y, a nivel individual, todos queremos que nuestros hijos estudien para que estén más preparados de cara a su vida laboral. Estamos, pues, dispuestos a Invertir en la Educación de nuestros hijos.

El MERCADO ha descubierto, lo que más arriba hemos apuntado, el factor de CONSUMO de la Educación. La estrategia está marcada y consiste en menos inversión pública en Educación, con lo que se deteriora la educación Pública y así, los que pueden optan por la Educación Privada. Y, los que no pueden económicamente harán todo el esfuerzo posible para que sus hijos tengan una Educación de calidad. Hace tiempo que “colocaron las primeras piedras de esta vía”.

Se abre un nuevo frente en la defensa de nuestros derechos. Tenemos que exigir en voz alta y clara que con la Educación no se juega.
Salud.



                                                                                                        ANTONIO FRANCO GARCÍA